La transición hacia un modelo energético sostenible requiere medidas que actúen en tres aspectos del modelo energético español: establecer un marco claro y de largo plazo para la descarbonización de la economía española, modificar los patrones y modos de consumo de energía final de los consumidores, adaptar el mix de generación eléctrica, de forma que se desarrollen los mecanismos necesarios para que se instale nueva capacidad renovable, se maximice el aprovechamiento del parque de generación actual, y aprovechar la transición energética para aumentar la competitividad de nuestra economía, así como, la creación de empleo y actividad económica.
Recomendación 1: Desarrollar una visión integrada del modelo energético español en la transición, y planes específicos para cada sector de oferta y demanda, que permitan definir una estrategia a largo plazo y provocar los cambios estructurales necesarios.
Recomendación 2: Definir un modelo de gobernanza para España que responda a los requerimientos de las políticas de lucha contra el cambio climático, a nivel nacional (definición, coordinación, puesta en marcha, ejecución y seguimiento de los propios planes nacionales) y europeo (requerimientos de información y supervisión).
Recomendación 3: Fijar un objetivo vinculante de reducción de emisiones para la economía española en el horizonte 2050. Este objetivo deberá tener en cuenta el potencial de descarbonización de la economía española, las soluciones tecnológicas disponibles en la transición y la necesidad de garantizar la competitividad de la economía. Este objetivo debería definirse antes del final de 2018, y estar alineado con los objetivos planteados por la Unión Europea.
Recomendación 4: Desarrollar una nueva fiscalidad medioambiental que permita asignar a cada uno de los vectores energéticos una señal efectiva del coste de las emisiones (y otros impactos medioambientales) asociadas a su consumo. Esta medida daría una señal económica efectiva para que las decisiones de consumo energético e inversiones de los diferentes agentes se realizaran bajo criterios de descarbonización.
Recomendación 5: Fomentar la sostenibilidad en el transporte, tanto de pasajeros como de mercancías. En el transporte ligero, las principales actuaciones deberían centrarse en incentivar la movilidad eléctrica, mientras que, en el transporte de mercancías, los esfuerzos deberían estar enfocados en conseguir un cambio modal a ferrocarril de mercancías y al uso del gas natural vehicular en el transporte por carretera y marítimo. Estas actuaciones, deberían incluir objetivos de:
Recomendación 6: Fomentar la sustitución de equipos convencionales por tecnologías más eficientes y las actuaciones de eficiencia energética y conservación en el sector residencial y servicios. La sustitución de equipos tendrá que ir acompañada de planes de rehabilitación de edificios, en función de su uso residencial o como servicios, con una estimación de las actuaciones a desplegar, incluyendo aquellas que permitan mejorar la eficiencia energética de los inmuebles.
Recomendación 7: Promover el cambio de vector energético (electrificación y gasificación) y la eficiencia energética en la industria. Será fundamental el desarrollo de un estudio sectorial del impacto de la transición en la industria, que identifique aquellos subsectores y procesos con mayor potencial de descarbonización mientras se garantiza la competitividad del sector.
Recomendación 8: Anticipar el desarrollo de medidas alternativas que compensen la potencial desviación frente al cumplimiento de los objetivos descritos anteriormente, si por cualquier circunstancia (por ejemplo, política energética, tendencias de consumo, nuevos desarrollos tecnológicos) no fuese posible o realista alcanzarlos.
Recomendación 9: Modificar la tarifa eléctrica para convertirla en una señal de precio eficiente que permita la electrificación del modelo energético, al incrementar su competitividad frente a otros vectores energéticos más emisores.
Recomendación 10: Establecer un marco razonable de planificación a medio-largo plazo que oriente la instalación de generación renovable y evolución de la capacidad de respaldo necesaria para cubrir el crecimiento de la demanda.
Recomendación 11: Definir mecanismos y calendarios de desarrollo de renovables que permitan atraer las inversiones necesarias para alcanzar los objetivos establecidos, por ejemplo, mediante subastas de renovables. Este sistema debe asegurar una rentabilidad mínima de la inversión para los promotores de la nueva capacidad, pero basándose en mecanismos de mercado.
Recomendación 12: Extender la autorización de operación de las centrales nucleares en las condiciones de seguridad exigibles. Se debe asegurar un proceso de toma de decisión basado en criterios técnicos, liderado por el Consejo de Seguridad Nuclear.
Recomendación 13: Desarrollar una regulación que incentive las inversiones necesarias en las redes de forma que se promueva la modernización, digitalización, y automatización de éstas, se optimicen las inversiones necesarias y se desarrolle una regulación estable y que permita obtener una rentabilidad razonable sobre los capitales invertidos.
Recomendación 14: Complementar el mercado mayorista eléctrico con mecanismos de capacidad basados en esquemas de mercado. Estos mecanismos son la clave para guiar de modo eficiente la transición de la generación térmica actual hacia nuevas tecnologías firmes no emisoras, a medida que vayan alcanzando la madurez.
Recomendación 15: Establecer una estrategia para la transformación de la industria de fabricación de vehículos convencionales y sus industrias auxiliares. Esta estrategia es clave para impulsar la materialización temprana de las oportunidades que puede suponer la movilidad eléctrica a la industria automovilística española, de enorme relevancia en nuestra economía.
Recomendación 16: Establecer una estrategia para atraer inversiones relacionadas con la transformación de la movilidad, para crear polos industriales de fabricación de equipos (por ejemplo, baterías, componentes, ensamblado de modelos eléctricos) y fomentar nuevos servicios (servicios de movilidad compartida) que pueda capitalizar dicha transformación en España.
Recomendación 17: Definir un plan de fomento para el sector de la construcción y rehabilitación sostenible. Este plan ha de impulsar la actividad empresarial para mejorar la competitividad del sector considerando cuestiones internas como la productividad, la innovación o la eficiencia en la gestión, y otras externas como la internacionalización.
Recomendación 18: Definir un plan para el desarrollo de la industria de fabricación, operación y mantenimiento de equipos de generación (fabricantes y gestores de energías renovables) y redes (diseñadores y fabricantes de componentes para la digitalización y automatización de la red)en España, de forma que seamos capaces de desarrollar una capacidad que permita el abastecimiento de las necesidades locales y la exportación de dichas capacidades.
Recomendación 19: Fomentar y apoyar las fases de investigación y desarrollo de tecnologías que hoy no son maduras pero que podrían convertirse en la base de nuestro modelo energético post-2030, como por ejemplo el almacenamiento de energía eléctrica. La innovación será un factor clave para que la transición sea eficiente y maximice el impacto en la creación de actividad económica competitiva.