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Un obstáculo en la lucha contra el cambio climático

Los efectos del cambio climático

Los efectos del cambio climático están afectando a multitud de ámbitos de nuestro día a día, impactando a todos los actores que componen la sociedad. Por tanto, las empresas no son una excepción. Según el informe “Overcoming the hurdless to board leadership on climate change” elaborado por Deloitte, existe todavía una oportunidad de mejora entre la gobernanza climática y la supervisión que llevan a cabo los consejos de administración. De hecho, casi el 60% de los encuestados afirma no abordar este tema regularmente en sus reuniones, y la mitad dice no tener la formación básica para tomar decisiones informadas. Es decir, es importante que los órganos de control intensifiquen la vigilancia en este ámbito para garantizar siempre las mejores prácticas.

Los resultados de la encuesta varían en función de la zona geográfica. Así, por ejemplo, las compañías en Europa, Medio Oriente y África (EMEA) abordan las brechas en la gobernanza climática y supervisión mejor que las organizaciones en América y Asia-Pacífico (AP).

Por ejemplo, el 55% de los comités de auditoría de EMEA señala que su organización incluye el cambio climático en su agenda al menos una vez al año, en comparación con solo el 34% en América, y el 31% en Asia-Pacífico.

Los inversores, pieza clave para la concienciación

El impacto de la tecnología, el cambio climático o la pandemia están impulsando cambios en las empresas y en la sociedad de forma acelerada. No obstante, según la encuesta de Deloitte, un 52% cree que el cambio climático no puede afectar materialmente al negocio. Esto supone que es necesario mejorar la concienciación respecto al cambio climático dentro de las organizaciones. En este sentido, Xavier Angrill, socio responsable del Boardroom Program de Deloitte España, destaca: “Las empresas deben analizar el impacto que tendrá el cambio climático en su modelo de negocio y en su estrategia a largo plazo para tomar mayor conciencia y anticiparse”

En estos momentos, son los propios inversores y stakeholders los que están potenciando de forma más proactiva en favor de la sostenibilidad. “Los inversores requieren de las empresas datos precisos para poder evaluar los riesgos y oportunidades asociados al impacto climático, y los reguladores están buscando una mayor calidad en los informes ESG para evitar el greenwashing y social washing. Estas dos expectativas deben formar parte de la agenda del consejo, pudiendo ser de gran ayuda para monitorizar la apuesta estratégica de la compañía entorno al reto climático”, apunta Concha Iglesias, socia responsable de Cambio Climático y Sostenibilidad de Deloitte.

Barreras a una respuesta más rápida y sólida

El 42% de los encuestados desea que la respuesta de su organización al cambio climático sea más rápida y sólida. Aunque el informe solo se centra en los comités de auditoría, el 61% cree que la responsabilidad debería caer sobre el consejo. No obstante, existen barreras internas y externas que impiden que las organizaciones contribuyan más todavía a la lucha contra el cambio climático.

Por ejemplo, a nivel externo, el documento señala que la falta de estándares genera una sensación de complacencia en los empleados: el 60% opina que el hecho de que no existan informes globales hace que sea difícil comparar el progreso frente a puntos de referencia externos significativos. Asimismo, el 46% afirma que los mayores obstáculos son los cambios en la información y en el panorama regulatorio. A la par, los inversores continúan demandando pasos hacia delante en materia de sostenibilidad a largo plazo, pero sin sacrificar los resultados financieros a corto plazo.

Por otro lado, a nivel interno las organizaciones deben afrontar el reto de crear “una estrategia clara y consensuada para la reducción de la huella de carbono”, tal y como señalan el 65% de los encuestados. Por otro lado, el 46% opina que hay una falta de información para la toma de decisiones.

El Consejo como agente de cambio

¿Somos sostenibles? ¿Entendemos los riesgos? ¿Qué significa esto para nuestro negocio? Estas son las tres preguntas que todo consejo debería hacerse a la hora de plantear su estrategia climática, independientemente de la industria a la que pertenezca o la geografía en la que se encuentre.

Según el informe anual de Deloitte, toda estrategia climática debe ofrecer detalles específicos sobre compromisos y planes, más allá de simplemente nombrarlos o enumerarlos. Cada vez son más las compañías que reconocen la importancia de actuar y ahora tienen la oportunidad de ayudar a dirigir la conversación. Una amplia mayoría de las organizaciones (87%) piensa que es necesaria una mayor sensibilización de los altos niveles directivos en materia de sostenibilidad y cambio climático. Además, el 78% cree que es fundamental apalancarse en la comunicación también como una herramienta para promover los planes contra el cambio climático; así como contratar nuevos miembros con experiencia climática.

Por lo tanto, a pesar de que cada vez las compañías estén más concienciadas de las posibles consecuencias del cambio climático, los consejos deben generar un cambio e intervenir y actuar de inmediato. Deben convertirse en los agentes de cambio e introducir una estrategia climática aplicable a toda la organización, que cumpla con los requisitos que los inversores están demandando. La incertidumbre y las barreras que se presentan no pueden ser una excusa.