La tecnología tiene la capacidad de reformar y reforzar procesos; permite a las personas mejorar su trabajo e impulsar el valor de sus tareas y funciones. Esta es la base de la evolución empresarial en el mundo moderno, una máxima que se repite cada pocas generaciones y transforma positivamente el entorno que conocemos.
En este proceso aparece Robotics. Una tecnología ya madura en su versión inicial que, lejos de ser futurista, ha aterrizado no solo para remodelar procesos si no para revitalizar nuestro entorno profesional.
Robotics engloba tres grandes soluciones. La etapa inicial RPA (por sus siglas en inglés –Robotic Process Automation–) se corresponde a la automatización de procesos. El valor real de RPA reside en su correcta implantación, de forma que la solución construya con agilidad una infraestructura sólida y solvente que permita la rápida identificación y automatización de diversas tareas.
En un segundo nivel, aparece la Automatización Inteligente, también llamada Intelligent Automation. Evolución natural de RPA, la automatización de tareas basada en la tecnología cognitiva permite incrementar la flexibilidad característica de RPA, impulsar la calidad y precisión de cada proceso y dar respuestas ‘inteligentes’ en un contexto concreto que facilite tanto la toma de decisiones como la gestión de datos –estructurados y desestructurados– y la conexión entre el mundo físico y el digital.
Finalmente, la Inteligencia Artificial. Aún en fase de desarrollo, esta herramienta cuenta con una capacidad analítica diferencial –comprender y razonar– que habilita al robot para generar una respuesta coherente e independiente.
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