Han pasado trece años desde la última vez que Deloitte actualizó su marca. Fue en 2003. En esa época, los móviles con cámara eran una novedad, Apple acababa de lanzar iTunes y Facebook no existía. Ha llovido mucho desde entonces.
Durante este tiempo, el punto verde de Deloitte ha ganado protagonismo hasta convertirse en uno de los elementos más emblemáticos de nuestra marca. Por otro lado, la definición de nuestro propósito, generar un impacto en nuestro entorno – “Making an impact that matters”-, ha sido un aspecto clave para trasladar nuestro valor añadido alrededor del mundo. Y ahora ha llegado el momento de hacer lo mismo con todos los elementos que rodean nuestra marca.
La actualización de nuestra identidad visual, que se lanza el 15 de junio, es una evolución del sistema existente, no una ruptura, y tiene como objetivo crear una arquitectura de marca única. Además, queremos que todos los profesionales de Deloitte con independencia de su situación geográfica, los servicios que venden o los dispositivos que usen para este fin, trasladen una imagen homogénea al mercado. Solo así conseguiremos ofrecer una experiencia consistente y diferencial: la experiencia Deloitte.
Lejos de ser algo superfluo, que afecta únicamente a los colores, las fuentes o imágenes que usamos, este cambio tendrá un impacto en todas nuestras comunicaciones, tanto a nivel escrito como verbal, y nos dará las herramientas necesarias para expresar nuestra personalidad – segura, clara y humana.
Estos cambios no sucederán de la noche a la mañana. La mayoría de materiales estarán alineados con la nueva identidad a finales de agosto. Pero habrá otros elementos, como nuestras oficinas, que tardarán un poco más en adaptarse a este nuevo sistema. No pasa nada, al final sucederá, porque lo importante es que el proceso de transformación ha empezado y es una apuesta de futuro.
No podemos estar seguros de qué medios utilizaremos para comunicarnos de aquí a trece años – o incluso de aquí a cinco-. Lo que es indispensable hoy puede convertirse en banal en poco tiempo. Sin embargo, lo que sí sabemos es que generar un impacto en la sociedad en la que vivimos siempre será algo prioritario. Nuestro propósito no tiene fecha de caducidad. Y nuestra identidad visual continuará evolucionando, en la medida en la que sea necesario, para garantizar que Deloitte se diferencie de sus competidores posicionándose como la firma líder de servicios profesionales que es.