Las últimas prioridades de la UE reflejan su compromiso con los objetivos del Pacto Verde, incentivando a las empresas a integrar la sostenibilidad para ganar resiliencia.
Tras las elecciones al Parlamento Europeo de 2024 y el posterior nombramiento de nuevos comisarios, la Comisión Europea ha definido una visión estratégica para orientar la formulación de políticas en la Unión Europea. En un contexto de complejidad geopolítica y bajo crecimiento económico, la sostenibilidad se ha identificado como uno de los principales motores de la futura competitividad y prosperidad de Europa. Este papel reforzado de la sostenibilidad marca una clara diferencia respecto al enfoque adoptado bajo el anterior mandato parlamentario y el Pacto Verde Europeo.
En el centro de la nueva agenda política de sostenibilidad se encuentra la premisa de que las políticas de transición energética y de economía circular pueden desbloquear el crecimiento y reforzar la posición de la Unión Europea como potencia económica global. La agenda se articula en torno a tres ejes fundamentales: una nueva estrategia industrial centrada en la transición energética, la reducción de la carga regulatoria y la movilización de la financiación.
Las empresas europeas se enfrentan a un panorama complejo mientras avanzan en la transición hacia la sostenibilidad. Aunque la demanda de los consumidores, las oportunidades comerciales y la necesidad de resiliencia operativa son los motores de este cambio, las incertidumbres persistentes pueden complicar el proceso. Las compañías tendrán que equilibrar estas presiones contrapuestas mientras navegan por un entorno empresarial y regulatorio cada vez más complejo.
La resiliencia debe situarse en el centro de la respuesta de las empresas al panorama regulatorio. Fomentar la flexibilidad y la agilidad, así como considerar distintos escenarios, puede ayudarles a gestionar los cambios normativos y, al mismo tiempo, aprovechar oportunidades para reforzar la resiliencia organizativa y operativa a través de iniciativas sostenibles. Esto puede incluir el fortalecimiento de las relaciones con los proveedores para mitigar interrupciones en la cadena de suministro causadas por fenómenos climáticos, asegurar contratos a largo plazo para materiales sostenibles frente a la escasez de recursos, o adaptar y perfeccionar prácticas existentes en base a los resultados de análisis de materialidad, como diversificar las estrategias de aprovisionamiento para reducir vulnerabilidades relacionadas con la dependencia de recursos naturales.
El informe Sustainability regulation outlook 2025, elaborado por el EMEA Sustainability Regulation Hub, analiza la trayectoria potencial de la regulación de sostenibilidad en la UE durante el próximo año e identifica las áreas clave en las que las empresas deberán adaptarse y responder para prosperar en un futuro impulsado por la sostenibilidad.
Las compañías deberían plantearse las siguientes preguntas clave a la hora de potenciar sus esfuerzos en sostenibilidad: