Los Family Office españoles tienen previsto incrementar su inversión en Private Equity y Renta Fija en un 50% y 45% respectivamente, como consecuencia de la guerra de Ucrania, según se recoge en el ‘II Estudio Gobernanza e Inversión: Perspectivas de los Family Office en España’, elaborado por el Centro de Excelencia de Empresa Familia de Deloitte y Family Office Managers Meetings (FOMM).
Los resultados del informe permiten tener una visión detallada sobre cómo se organizan los Family Office en España, sus inquietudes y preferencias a la hora de invertir en activos, además de ver cómo han evolucionado tras la pandemia de la Covid-19 y su resiliencia a la crisis económica.
Tal y como se pudo observar en la edición anterior del estudio, los Family Office españoles siguen concentrando sus inversiones en Real Estate (44%), mientras que en el caso de los Family Office internacionales el peso de esta categoría de activos es inferior (14%).
Por lo que se refiere a la inversión en Private Equity y activos alternativos, el peso de esta categoría en los Family Office españoles asciende al 16%, frente al 27% en el caso de los internacionales.
En la edición anterior, elaborada durante la crisis del Covid-19, los Family Office optaron por el inmovilismo, en esta ocasión, y bajo el marco de la incertidumbre económica derivada de la guerra de Ucrania, la tendencia mayoritaria de los Family Office es incrementar sus posiciones en Renta Fija (50%) y Private Equity (45%).
En términos de rentabilidad, los activos inmobiliarios han resistido en 2022 mejor la crisis económica derivada de la guerra de Ucrania, que los Activos financieros, con una rentabilidad del 4% de los activos inmobiliarios frente a la rentabilidad negativa de los activos financieros.
Se incrementa un 12% la inversión de Real Estate en residencial y oficinas respecto a 2020, llegando hasta un 60% del total, considerando una opción más a largo plazo frente a otros activos como el Venture Capital o el Private Equity.
En cuanto a la distribución geográfica de la inversión, el 80% de los Family Office españoles tiene preferencia por las inversiones en Europa, principalmente en España con un 62%, seguida del resto de Europa 18%, en tercer lugar, estaría América del Norte con un 15%.
El 47% de los Family Office encuestados en el estudio indica que es la segunda generación la que dirige la sociedad y en el 24% de los casos, es la primera la encargada de la dirección.
Otro aspecto relevante es que, aumenta en un 11% los Family Office donde conviven ambas generaciones, llegando hasta el 70%.
Los Family Office españoles gestionan en un 53% patrimonios inferiores a 250 millones de euros, casi un 20% más que los Family Office internacionales, 34%. Solamente en un 12% de los casos, el patrimonio gestionado por las empresas españolas supera los 1.000 millones, muy por debajo del 32% de los FO internacionales.
En línea con la edición anterior del estudio, la gran mayoría de los Family Office tiene un reglamento implantado. Un 57% de los encuestados dispone de un protocolo familiar, y un 54% de una Política de inversiones. Las cifras mejoran respecto a 2020, ya que, en la primera edición, un 20% apuntaba que no disponía de áreas regladas, disminuyendo en esta ocasión hasta el 11% los Family Office que no cuentan con estos reglamentos.
El 86% de los Family Office cuenta con un director general que en un 64% de los casos es ajeno a la Familia y con una antigüedad de más de 5 años en el 70% de las ocasiones. Los retos más destacados a los que se enfrentan los Family Office son, en primer lugar, la obtención de rentabilidad de las inversiones, donde un 75% lo consideran relevante o muy relevante, seguida de la profesionalización del Consejo de Familia, con más de un 60%. También es relevante, aunque en menor medida, la formación de los miembros de la familia como buenos accionistas (57%) y la sucesión del director general del Family Office (49%).
Otro aspecto relevante de los Family Office en España es que dos de cada tres organizaciones tienen algún proyecto de filantropía propio o colaboración con la sociedad, aportando entre un 5% y un 10% de sus beneficios anuales a estos proyectos.