Cualquier compañía tradicional necesita de la creatividad digital, que actualmente está asociada a las startups, nativas digitales.
Sin embargo, para poder crear ideas exitosas en el ecosistema digital es preciso que todas las empresas tengan en cuenta conceptos clave.
Porque la creatividad digital se ha convertido en un arma imprescindible para las compañías que les anima a salir de la ‘zona de confort’ o negocio tradicional de forma imperativa: o lo hacen, o peligra su viabilidad.
Por otro lado, la creatividad es el germen de las startups. El semilla es la idea y, además, al ser nativas digitales, resuelven los retos del nuevo consumidor de una manera más ágil e innovadora, lo que les hace posible competir con las grandes corporaciones o, por lo menos. que estas las tengan en su punto de mira.
Suelen confundirse o se habla indistintamente de estos dos conceptos, como si fueran lo mismo, y, por supuesto, no es así:
Básicamente, la creatividad es el ‘qué’, el concepto, por lo que el proceso que pone en marcha esta idea es la innovación, el ‘cómo’. “La creatividad es pensar en cosas nuevas, la innovación es hacerlas”, según explicó Theodore Levitt, economista creador del concepto globalización y profesor de Harvard.
Es imposible entender la ‘creatividad digital’ sin comprender, analizar y ver una sociedad formada conjuntamente tanto por el ámbito analógico como el tecnológico. Porque es vital comprender y estar al día de la tecnología, ya que es uno de los ingredientes principales para el pensamiento creativo. Además, la rapidez con la que se desarrollan y adaptan los avances tecnológicos hace que la sociedad y las empresas cambien constantemente y tengan que enfrentarse a nuevos retos.
Componentes de la ‘creatividad digital’:
La creatividad no comienza ni termina con el marketing. Un ejemplo es el Festival Internacional de Creatividad Cannes Lions -dirigido a aquellos que trabajan en áreas de comunicación creativa, publicidad y temas relacionados-, que muestra evidencias de cómo las empresas que han fomentado la creatividad han conseguido trasladarlo a resultados empresariales, tal y como lo recoge James Hurman en su libro:
- Año 2000: Sony fue nombrado anunciante del año y la revalorización de sus acciones aumentó en más de un 200%.
- Año 2002: Swatch fue nombrado anunciante del año; ese año duplicó su valor en bolsa.
Y así una larga lista de ganadores de este festival, que demuestran un patrón que conecta a los ganadores, ya que todos los triunfadores entre 2000 y 2015 habían conseguido el galardón a la mejor publicidad, por lo que se establece como clave en la orientación de la organización: ser creativos e innovar, que es el modo de hacerlo posible. Los líderes de estas compañías crearon una cultura de innovación que se extendió a los valores, productos y todas las operaciones cotidianas de las empresas. Como resultado, los clientes e inversores respondieron.
Artículo escrito por Joaquín Cerrolaza, gerente de Deloitte Digital - publicado el 7 de agosto de 2017 por el Instituto de la Economía Digital de ESIC