Es curioso comprobar como muchos practicantes de metodologías ágiles se denominan así mismos como Agile Coaches. Yo mismo, que llevo en esto del agilismo algún tiempo, hubo algún momento en el que me consideré a mí mismo como Agile Coach. Se me pasó por la cabeza, creo que de hecho algún tiempo lo tuve en mi perfil de Linkedin, pero terminé por reflexionar que mis conocimientos y experiencia de campo no me permitían ostentar ese título tan alegremente.
Pero, ¿realmente qué podemos entender y exigir a un perfil de Agile Coach?
¿Qué debemos entender por un Agile Coach?
Un Agile Coach debe no sólo ayudar a capacitar a los equipos corporativos en la cultura y las metodologías ágiles, deben también bajar más al barro y supervisar, junto a los Scrum Masters, el desarrollo de los equipos ágiles y las estructuras montadas en la organización para el funcionamiento ágil.
Al fin y al cabo, deben ser los responsables de abanderar la cultura ágil de la organización, guiando a sus miembros a través del proceso de implantación, animando a los trabajadores, sirviendo de faro y liderando la adopción del método ágil. Deben poner en disposición de la organización todo el conocimiento, las herramientas, formación y entrenamiento necesarios para que se pueda desarrollar todo el potencial de la agilidad. Esto, por supuesto, siempre en comunión con los otros actores ágiles presentes en la organización.
La agenda del Agile Coach debe estar focalizada en la mejora organizacional continua. Debe ser un perfil que se pregunte constantemente dónde está la organización en su camino hacia la agilidad y que presente próximos pasos de mejora hacia esa meta. Es un perfil que debe desafiar constantemente a la organización, cuestionar sus concepciones ágiles y buscar el encaje cultural que facilite el mejor y más adaptado a cada organización, viaje hacia la agilidad.
Tenemos claro todos que cambiar culturalmente una organización no es tarea baladí. Liderar un cambio organizacional implica un esfuerzo constante por romper moldes, silos y procesos grabados a fuego en la piel de la organización. Animar a toda una organización para que se suba a bordo y reme en la misma dirección hacia un nuevo modelo que la va a sacudir de arriba abajo, requiere un esfuerzo continuo y significativo por parte de la propia organización, comenzando por su dirección.
El disponer de un Agile Coach ayuda a orientar la navegación en aguas turbulentas, más en un primer momento, donde cuando comience la marejada y las primeras fuertes olas, la organización se cuestionará la utilidad y el valor del viaje que están acometiendo.
Un Agile Coach mantendrá a la organización con el timón enfocado hacia el objetivo final, acompañando los bandazos, pero sin olvidar el destino. No cabe duda que esto ayudará a ahorrar tiempo, recursos y por supuesto dinero. En definitiva, el Agile Coach será ese Pepito Grillo, es voz objetiva en la tormenta que ayude a navegar obstáculos comunes, puntos de inflexión y estar cada vez mejor preparados para futuras tormentas que puedan aparecer en el camino.
El papel del Agile Coach puede ser de carácter temporal o permanente, dependiendo de las necesidades de la organización y del proceso de cambio emprendido. Empresas más grandes o aquellas con múltiples equipos ágiles, podrían querer mantener un Agile Coach en su personal de manera permanente para ayudar a supervisar la metodología a largo plazo, pero especialmente en organizaciones medianas y pequeñas, es más habitual el disponer de Agile Coaches de manera temporal.
Como hemos dicho, los Agile Coaches no sólo son responsables de ayudar a los Scrum Masters a organizar equipos ágiles, sino que también ayudan a la empresa a adoptar la agilidad como un cambio de cultura. Para implementar adecuadamente la metodología, una Agile Coach necesita alentar la aceptación de los empleados y de las principales partes interesadas.
"Agile" es principalmente un cambio cultural, pero también es un cambio tectónico de las prácticas de gestión de mando y control en entornos colaborativos y centrados en equipos. Para alimentar una organización a través de este cambio se necesita alguien con una profunda experiencia en agilidad y grandes habilidades de influencia, por eso, en mi modesta opinión, pocos, pero muy pocos, pueden considerarse realmente Agile Coaches.
No hay una estrategia única para la adopción ágil, por lo que cada empresa tendrá necesidades únicas en el proceso. Para cubrir esta diversidad podemos hacer una división, tan buena como otra cualquiera, de diferentes tipos de Agile Coaches.
Este perfilado o categorización, no es algo estandarizado, simplemente una aproximación que observamos funciona adecuadamente en los clientes en los que prestamos este tipo de servicios y perfiles.
Personalmente no me cabe duda que un Agile Coach no es algo que se aprende sólo en libros u obteniendo certificaciones, la experiencia en este caso es esencial. Experiencia real de campo y cuanta más mejor. Cuantas más situaciones haya enfrentado un Agile Coach, mejor. Cuantas más tipologías de organización haya vivido, mucho mejor. Cuantos más enfoques distintos haya experimentado, situación ideal.
Un Agile Coach ha de disponer de habilidades interpersonales y de comunicación avanzas, su trabajo en estrecha colaboración con personas, así lo exige. Las situaciones que va a enfrentar requieren de mucha empatía y de un fuerte liderazgo, eso sí, liderazgo al servicio de los demás.
Su trabajo requiere de estrecho trabajo transversal a la organización y de arriba abajo. Debe saber trabajar con equipos, con mandos intermedios, así como con la gerencia y la dirección organizacional.
Es especialmente importante el trabajo en estas capas intermedias ya que son las que suelen resistirse más a menudo al cambio, pensando que este desafía y socava su poder y control organizativo.
El trabajo con las capas directivas es más a largo plazo, un trabajo de fondo y sobre todo de foco.
Con los equipos, el foco es el camino hacia el empoderamiento y autogestión.
En todos estos escenarios, fundamentalmente en el de los equipos y en el intermedio, donde se suelen ubicar los PO, siempre en concordancia y estrecho alineamiento con el resto de actores ágiles desplegados en la organización.
Las responsabilidades más comunes para un entrenador ágil deberían incluir alguna, si no todas de las siguientes:
Igualmente, las habilidades más importantes para el desempeño del rol de Agile Coach serían las siguientes entre otras:
Como creo que se puede observar en la exposición del rol de Agile Coach, la experiencia es un grado. Pongamos como ejemplo un Scrum Master, nadie sale enseñado de la certificación y es necesaria mucha experiencia de campo para madurar en ese puesto. En el caso del Agile Coach, es exactamente lo mismo multiplicado exponencialmente.
Sin duda la labor de un Agile Coach es esencial en la transformación cultural de las organizaciones hacia el agilismo, pero también no nos debe caber duda, que es un rol en el que se ejerce mucha presión durante el proceso, por lo que es necesario que esté bien pertrechado con habilidades, experiencia y mucho saber hacer.
Los buenos Agile Coaches me temo que no nacen, se hacen, y además a fuego muy lento.
Julio Roche es Director del área de System Development&Integration, en la práctica de Consultoría Tecnológica de Deloitte. Profesional con más de 30 años de experiencia en el mundo del desarrollo de soluciones tecnológicas, su labor se encuentra actualmente focalizada en el terreno de la movilidad y la transformación digital, donde lidera el grupo de capacidades de Movilidad dentro de Consultoria. En este grupo se encuentran las capacidades de Desarrollos de Movilidad, Contact Centre Transformation, Asistentes Digitales y Realidad Digital. Es además un referente a nivel nacional dentro del mundo de la Agilidad, habiendo participado en procesos de Transformación Ágil de grandes compañías y organizaciones.