La rentabilidad prevista de la inversión cae al 1,8% en 2019, acumulando un descenso del 8,3% desde 2010.
Las ventas previstas por activo disminuyen hasta los 376 millones de dólares, más de la mitad que a principios de la década, y bajan de los 400 millones de dólares por primera vez en diez años.
La nueva edición del estudio internacional "Ten years on. Measuring the return from pharmaceutical innovation 2019" de Deloitte da una visión del retorno en I+D del sector farmacéutico en la actualidad, así como algunas claves que pueden ayudar al crecimiento del sector en los próximos años, haciendo especial hincapié en la innovación.
El informe nos muestra como la rentabilidad prevista de la inversión ha caído al 1,8% en 2019, acumulando un descenso del 8,3% desde 2010, el registro histórico más bajo de la última década. También revela que el retorno sobre la inversión ha sufrido una leve caída del 0,1% en 2019 respecto a 2018. En el cómputo general, este indicador acumula un descenso del 8,3% desde 2010, cuando el sector reflejaba una rentabilidad en I+D del 10,1% tras la realización del primer estudio.
El estudio señala que las ventas por activo se han reducido a más de la mitad a lo largo de la última década, pasando de los 816 millones en 2010, a los 376 millones en 2019. De hecho, la cifra de este último año cae por primera vez en estos 10 años por debajo de la barrera de los 400 millones de dólares.
Asimismo, el coste medio de desarrollo de un nuevo medicamento ha aumentado cerca de un 70% desde 2010, alcanzando los 1.981 millones de dólares. Este dato representa un encarecimiento de 800 millones de dólares por medicamento desde el lanzamiento del primer estudio, cuando era de 1.188 millones de dólares.
La evolución de los resultados de esta serie de estudios reflejan que el sector reclama un replanteamiento y la transformación de los modelos tradicionales de I+D para mantenerse como uno de los motores principales de los sistemas de salud. Para ello, la innovación se sitúa como el motor clave para revertir esta tendencia.
El aumento de la productividad en I+D, el ajuste de costes de producción y comercialización de medicamentos, la extensión de los requisitos de los órganos regulatorios y los exigentes obstáculos de reembolso son algunos de los principales retos que impulsan este proceso de transformación. Las farmacéuticas deben de aprovechar las oportunidades que ofrecen la transformación digital y las nuevas tecnologías para adaptarse a las demandas del futuro de la salud.
La reducción de ingresos por nueva molécula –menos de la mitad en 2019 respecto a las cifras de 2010– y el fuerte incremento de costes en el proceso de I+D son los principales motivos de esta evolución negativa del retorno de la inversión a lo largo de estos diez años.
Existen diferentes vías de innovación para transformar los modelos de I+D en este sector, como la apuesta por una mayor especialización terapeútica, la colaboración entre compañías a través de fusiones y adquisiciones de start-ups o nuevos agentes, la implementación y uso de nuevas tecnologías que permitan acelerar y mejorar la eficacia de la actividad y los resultados, así como la transformación de los tradicionales modelos operativos y de talento.
Este proceso de transformación y adaptación será fundamental para seguir asegurando la mejora y la eficacia de nuestro sistema sanitario, así como para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de uno de los sectores que lidera la inversión en I+D tanto en España como a nivel global.
El entorno de presión presupuestaria en los sistemas públicos de salud y la complejidad creciente en el desarrollo de nuevos fármacos con resultados diferenciales son factores que complican más si cabe la recuperación a futuro de la innovación.