Tarjetas de crédito cripto

Perspectivas

Tarjetas de crédito cripto

¿El medio de pago del futuro?

Aunque algunas instituciones financieras tradicionales ya están volteando a ver a las criptomonedas como un activo digital de valor para sus operaciones, aún quedan asuntos pendientes que los consumidores y el mercado tendrán que abordar para masificar su uso y aceptación.

En entrevista con Gustavo Méndez, Socio Líder de Servicios Financieros en Deloitte Spanish Latin America; y Federico Borrego, Socio de Asesoría en Riesgos en Deloitte México.

Ciudad de México a 17 de mayo de 2022.

¿Te imaginas que, con base en la cantidad de criptomonedas que posees, te otorguen una línea de crédito con la que puedas hacer compras en millones de comercios alrededor del mundo, sin que necesariamente el monto de tus adquisiciones se reste de tu saldo de activos digitales, que era la forma en la que solía hacerse?

Meses atrás, esto era imposible. Sin embargo, hace unas semanas, una prestamista de monedas digitales (Nexo) y una de las compañías de pagos más importantes del mundo (Mastercard) anunciaron el lanzamiento al mercado de “la primera tarjeta de crédito basada en criptomonedas de la historia”, la cual tiene el potencial para convertirse en el nuevo estándar de los productos financieros dedicados a impulsar los activos digitales.

Esta nueva tarjeta funciona de manera diferente a otras que se han lanzado previamente, porque, al utilizarla, las criptomonedas no se intercambian por bienes y/o servicios. Lo que ocurre es que Nexo, a partir del valor de las criptodivisas que sus clientes resguardan en su plataforma, otorga una línea de crédito asociada a la tarjeta.

Así, si, por ejemplo, una persona posee un bitcoin en Nexo (con un precio de mercado de $25,0001 dólares), la fintech tomará su bitcoin como “garantía de pago” y otorgará, a cambio, una línea de crédito equivalente a una fracción de la garantía (en el supuesto de que una línea de crédito equivaliera a 0.2 bitcoin, su límite alcanzaría los $5,000 dólares).

De esta forma, los clientes no tienen la limitación de utilizar su tarjeta únicamente en establecimientos que acepten criptomonedas, sino que, gracias a la alianza con Mastercard, pueden hacerlo en 92 millones de comercios alrededor del mundo y las transacciones son realizadas en la moneda de la región en la que se efectuó la compra. Esto significa que una persona podrá adquirir productos o servicios en euros, dólares, o en cualquier otra moneda física.

Asimismo, con respecto al adeudo, la tarjeta hace un acumulado de gastos que las personas tienen que pagar para utilizar nuevamente su línea de crédito, y, aunque Nexo puede cobrar la deuda del cliente con la parte equivalente de su “garantía”, este prestamista de cripto otorga a sus usuarios la opción de liquidarla en el momento que ellos decidan, incluso utilizando otras divisas (en caso de que valoren más sus criptomonedas que las monedas físicas).

Este instrumento es muy parecido al back to back, una modalidad de crédito que en el pasado era muy popular, en la que las instituciones financieras realizaban un préstamo a un cliente en la medida de sus recursos (por ejemplo, si una persona tenía una inversión, ésta respaldaría la línea de crédito).

Pero, ¿por qué ha vuelto al mercado un producto con estas características? Porque, en nuestro contexto, en el que es evidente el crecimiento de los mercados de pagos digitales y de criptomonedas, el convenio entre Mastercard y Nexo representa una solución para ambos segmentos: las instituciones de pagos (por ejemplo, las marcas de aceptación de tarjetas) consiguen más transacciones, mientras el mercado de monedas digitales garantiza un uso mayor y más eficiente.

En consecuencia, la interacción entre un mercado creciente de pagos y otro cuyo valor sigue aumentando resulta natural, por lo que, en el futuro, podríamos esperar nuevas colaboraciones y alianzas entre instituciones de pagos y de activos digitales que, de expandirse, podrían lograr la democratización de las criptomonedas, alcanzando a un público más amplio.

 

[1] Precio aproximado, al 11 de mayo de 2022.

Esta nueva tarjeta funciona de manera diferente, porque al utilizarla, las criptomonedas no se intercambian por bienes y/o servicios.

La volatilidad: un obstáculo hacia la masificación

Hoy, si bien aún es una minoría, es innegable que existe un sector de consumidores en el mundo que está apostando por las inversiones en criptodivisas: en India, es 18% de la población; en Corea del Sur, 17%; en Brasil, 16%; en España, 14%; en los Estados Unidos, 13%; y en México, 11%1.

No obstante, estas monedas digitales han tenido, desde sus orígenes, un riesgo importante: la volatilidad, y esta inestabilidad en su valor -que quedó demostrada con las recientes caídas de diversas criptomonedas alrededor del mundo- sigue haciendo que muchas personas todavía desconfíen de estos activos.

Warren Buffet, considerado uno de los inversionistas más importantes del mundo, durante su más reciente reporte anual de actividades en el fondo de inversión Berkshire Hathaway, afirmó a los asistentes que no compraría todos los bitcoins del mundo por 25 dólares2, una aseveración que refleja el pensamiento de un sector financiero tradicional, que aún permanece escéptico a estos activos digitales.

Pese a ello, cada vez son más las personas que apuestan por las criptomonedas, un mercado que, a finales de 2021, logró alcanzar un valor total de tres mil millones de dólares estadounidenses, según Statista3.

Esto indica que atravesamos por un periodo de aceptación y posible consolidación, entre la población, del uso de este tipo de activos, cuyo crecimiento avanzará a medida que puedan ser intercambiados múltiples veces, sin perder su valor.

Pero alcanzar este objetivo será desafiante para las distintas criptodivisas, que no solo deben hacer frente al escepticismo, sino también a las determinaciones de las instituciones financieras tradicionales y de los bancos centrales de diversos países del mundo.

 

[1] Statista, “Las criptomonedas, ¿cada vez más populares?”, 15 de febrero de 2022.

[2] Investing, “Warren Buffet: si me ofrecieran todo el bitcoin por $25, no lo compraría”, 2 de mayo de 2022.

[3] Statista, “El mercado de las criptomonedas ya supera los 3 billones de dólares”, 10 de noviembre de 2021.

Cada vez son más las personas que apuestan por las criptomonedas, un mercado que, a finales de 2021, logró alcanzar un valor total de tres mil millones de dólares.

Criptomonedas estatales y regulación: un posible giro del mercado

En los últimos años, los bancos centrales de diversas economías han anunciado su intención de entrar a competir en el mercado digital mediante la implementación y uso de sus propias criptomonedas.

En 2020, Bahamas emitió el dólar de arena1; un año después, Nigeria inició las operaciones de su enaira2; y este año, China3 e India4 hicieron lo mismo. A la par, Sudáfrica, los Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea y otras naciones ya pretenden, con sus propios competidores, participar en este mercado de activos5.

Sin embargo, aunque algunas personas sí podrían voltear hacia las monedas digitales estatales, gracias a la mayor certidumbre que ofrecen (el respaldo de un país y una menor volatilidad), otras seguirán prefiriendo a las criptomonedas privadas, porque en ellas sus participantes regulan y vigilan sus operaciones, sin la necesidad de contar con un ente central y también porque, en ellas, el valor está condicionado por la propia demanda (mostrando una mayor independencia).

Los usuarios, en consecuencia, podrán elegir entre una menor volatilidad o la autorregulación, y será probable que, en el futuro, convivan ambas clases de activos digitales, mientras el mercado determina, por medio de la competencia, cuáles son los más aceptados.

 

[1] El País, “Las Bahamas crea la primera moneda digital oficial”, 27 de abril de 2021.

[2] DW, “La eNaira: la moneda digital de Nigeria”, 17 de marzo de 2022.

[3] DW, “China estrena su nueva moneda digital e-CNY en los Juegos Olímpicos”, 9 de febrero de 2022.

[4] France24, “India anuncia la creación de una moneda digital e impuestos a criptomonedas”, 1 de febrero de 2022.

[5] Statista, “Los países que emiten su propia moneda digital”, 8 de abril de 2021.

Los bancos centrales de diversas economías han anunciado su intención de entrar a competir en el mercado digital mediante la emisión de sus propias criptomonedas.

Educación financiera: “desencriptando” al mercado

¿Existe, en resumidas cuentas, una forma ‘más segura’ de entrar al mundo de las criptomonedas? Para lograrlo y utilizar estos activos de una manera provechosa, será fundamental que las personas interesadas se preocupen por conocer el funcionamiento de estos productos financieros, así como sus ventajas y posibles riesgos, entendiéndolos y asumiéndolos.

Por ejemplo, en el caso de las tarjetas de crédito asociadas a una criptomoneda, deberán saber que, si utilizan una gran parte de una línea de crédito para pagar en dólares, existe el riesgo de que esta cripto presente una gran disminución en su valor, lo que provocaría que la “garantía” de sus activos digitales no alcance para cubrir su deuda con la institución y se comprometa su salud financiera.

En conclusión, no podemos negar que, con respecto a las criptomonedas, estamos atravesando un periodo de coyuntura y de transición, que presentará nuevas oportunidades y productos al alcance de todas las personas; sin embargo, en estas circunstancias, la educación financiera y la asesoría de especialistas será decisiva, a fin de habilitar los modelos de negocio digitales que liderarán el mercado financiero en los próximos años.

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