Este entorno sanitario simula un edificio hospitalario completo, incluyendo áreas críticas como la UCI, quirófanos, y salas de diagnóstico, junto con sus tecnologías, sistemas y servidores esenciales. Dentro de este ecosistema, se incluyen dispositivos de alta complejidad como el equipo Da Vinci para cirugías robóticas, equipos de resonancia magnética para diagnóstico por imagen, bombas de jeringa automatizadas, sistemas CPAP para asistencia respiratoria, y tecnologías de apoyo como la captación de agua de lluvia y distribución de oxígeno.
Además de estos componentes clínicos, se integran procesos clave para la gestión hospitalaria y la eficiencia energética. Los sistemas que se utilizan en este tipo de entornos suelen presentar un alto nivel de complejidad, en parte debido a la falta de estandarización entre los distintos dispositivos médicos y su integración en plataformas de monitorización centralizadas. La interoperabilidad entre estos sistemas críticos es un desafío constante que requiere soluciones tecnológicas avanzadas para asegurar la continuidad del servicio, la protección de datos sensibles y la respuesta rápida ante situaciones de emergencia.
Este entorno proporciona una plataforma única para estudiar los riesgos y vulnerabilidades inherentes a la operación de dispositivos médicos conectados, permitiendo la simulación de fallos, ciberataques y otras contingencias que podrían afectar la seguridad del paciente. Al mismo tiempo, facilita el desarrollo de nuevas estrategias de mitigación y protección, diseñadas específicamente para entornos de salud altamente conectados y digitalizados.