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Encuesta sobre la cultura de ética e integridad en las organizaciones

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Encuesta sobre la cultura de ética e integridad en las organizaciones

Nueve de cada diez de las empresas consultadas por Deloitte consideran que la ética y la integridad son valores importantes en su día a día. No obstante, solo el 60% de la muestra las incorpora como parte de su estrategia corporativa.

Estos aspectos son fundamentales para la medición y la puesta en marcha de planes con impacto en ámbitos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés).

La encuesta Sobre la Cultura de Ética e Integridad en las Organizaciones, realizada por Deloitte, busca comprender el comportamiento de las compañías en materia de gobernanza y de la gestión que realizan para asegurar una cultura ética e íntegra en las organizaciones.

Los resultados de la encuesta muestran una brecha entre la importancia de estos temas, su percepción y la materialización de acciones efectivas que generen impacto positivo en las empresas.

A pesar del reconocimiento que tienen la ética y la integridad dentro de la encuesta, solo el 50% de las compañías actúa de manera proactiva para identificar riesgos en estas materias.

El 80% de la muestra de la encuesta tiene su sede principal en España, pero tiene presencia en otros países de Europa y América. Asimismo, más del 60% de las compañías consultadas tiene más de 1.000 empleados en sus plantillas.  

 

La relevancia en las organizaciones 

 

De manera general, la encuesta encontró que el 78% de las empresas consultadas es consciente de que existen riesgos éticos críticos. De manera consecuente, un 74% tiene políticas en estos ámbitos y ocho de cada diez las hacen públicas.

A pesar de lo anterior, hay una gran capacidad de mejora en la comunicación de estas estrategias con las plantillas, ya que actualmente los canales utilizados son unidireccionales, e incluso un 18% solo hace una comunicación de este tipo una vez al año.

Pero este entorno de ética e integridad no debe suscribirse únicamente a la plantilla orgánica de la empresa, debe extenderse a los terceros que intervienen en la operación de las compañías. Por esto, un 41% de los encuestados indicó que cuenta ya con Códigos de Ética para terceros y un 16% gestiona ya los riesgos de terceros de forma contínua. 

 

Gobernanza y recursos

 

La encuesta de Deloitte encontró que un 91% de las compañías consultadas manifiestan su compromiso con los valores de ética e integridad. Una abrumadora mayoría que debe tomarse con cautela, pues solo un 25% de la muestra posiciona estos aspectos dentro de la estrategia de la alta dirección. 

Es más, solo un 41% de las compañías afirmó haber dedicado recursos a estas estrategias bajo la batuta del Comité de Dirección.

A pesar de que un 82% de las empresas están trabajando en estrategias de ESG, solo siete de cada diez tienen alguna consideración con la ética empresarial.

Si observamos el flujo de recursos y la autonomía para estos planes, la encuesta reveló que menos del 10% de estas estrategias tiene representación en comités de estrategia o innovación. 

 

Eficacia y supervisión de los planes en ética e integridad 

 

La ética, como todas las dimensiones de actividad de las compañías, debe monitorizarse y para esto hace falta información adecuada que pueda analizarse para mejorar su gestión. La encuesta de Deloitte encontró un dato preocupante: un 34% de las compañías no realiza ninguna actividad para medir la percepción de la ética en sus empleados.

Solo el 22% de los encuestados indicó tener KPIs éticos, los comunican de forma extensiva y lo utilizan para mejorar sus procesos internos.  Asimismo, solo un 5% expone estadísticas de sus canales de denuncias.

Ante estos datos, crear modelos de mejora contínua se hace relevante. La comunicación despuntó como el área en donde se debe hacer más hincapié (61%), seguido por la necesidad de extender el alcance de estos programas a través de la cadena de valor (45%) e integrar la ética en la gestión de riesgos (39%).

Además, un 49% de las empresas consultadas cree que los aspectos ESG configuran el principal reto ético para los próximos años, seguidos por las nuevas tecnologías (39%) y las actualizaciones en materia regulatoria (34%).

El uso del concepto de moral dentro de los datos y la privacidad de la información despuntaron como los puntos claves dentro de los retos tecnológicos en torno a la ética y la integridad en las empresas.

Arturo Simón
Socio de Risk Advisory
arsimon@deloitte.es

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