Con el auge del sector tecnológico, las scaleups pueden tener la tentación de centrarse en crecer rápidamente en lugar de asegurarse de que su software tiene viabilidad a largo plazo. Aunque el software es su principal activo, las empresas tecnológicas pueden no cumplir las expectativas en términos de escalabilidad, rendimiento o capacidad de mantenimiento.
Por ello, los inversores deben tener una visión clara de la escalabilidad, seguridad y capacidad de integración de la tecnología que se pretende adquirir.
Desde Deloitte contamos con equipos especializados que pueden actuar como validadores de la tecnología en los ámbitos de ciberseguridad, protección de datos, inteligencia artificial, computación o algoritmia.
De este modo, no solo podemos certificar la capacidad operativa de una tecnología, sino que podemos ofrecer también información relevante que ayude a los inversores en la correcta valoración del activo y en última instancia, en la toma de la decisión final con respecto a la operación.