Ir al contenido principal

La reindustrialización verde de los cinturones industriales catalanes

Catalunya se encuentra ante una oportunidad estratégica única: liderar la reindustrialización verde en el sur de Europa. La transición energética, además de ser una necesidad ambiental, se presenta como una palanca clave de competitividad para el tejido industrial catalán, que ya supone el 32% del consumo energético final de la región (9 puntos por encima de la media estatal).


En un contexto en el que la mejora de competitividad es clave en las economías más avanzadas, Catalunya tiene la posibilidad de situarse en primera línea con una reindustrialización apalancada en su tradición industrial, su ecosistema innovador y el compromiso de las administraciones públicas.

La reindustrialización verde de los cinturones industriales catalanes

Descargar estudio


El mayor peso de la industria en la economía nos hace más resilientes

La industria catalana consume anualmente unos 4.800 millones de euros en energía, repartida entre gas natural (36%), electricidad (29%, 5 p.p. inferior a la media nacional) y productos petrolíferos (28%). Sectores como el químico, alimentación, cemento, papel o automoción son los que más consumen y, por tanto, donde más impacto tendrá la transformación energética.

La Generalitat y el Gobierno de España han desplegado marcos normativos e incentivos para acompañar este proceso: desde la Ley catalana de Cambio Climático de 2017, hasta planes como el PROENCAT 2050, el PINECCAT 2030, el Pacto Nacional para la Industria 2022–2025 o el Pla Catalunya Lidera, con más de 18.000 millones de euros movilizados.

La industria catalana tiene la oportunidad de reforzar su competitividad y convertirse en un referente en la transición energética

La clave del nuevo modelo industrial pasa por descarbonizar los sectores existentes y atraer nuevas industrias de alto valor añadido relacionadas con la energía limpia, la movilidad sostenible o la fabricación de equipos tecnológicos. Para ello, se apuntan varias líneas de acción:

  • Fomentar la eficiencia energética en los procesos productivos.
  • Sustituir combustibles fósiles por electricidad renovable.
  • Incorporar combustibles renovables como biometano, biocombustibles, hidrógeno verde o sintéticos, especialmente en industrias de difícil electrificación.

En el corto y medio plazo, la industria catalana podría evolucionar del ~30% de consumo de electricidad actual a más del 80%, mejorando su eficiencia energética y reduciendo costes. Se estima una reducción del consumo del 10% gracias a la electrificación, y ahorros adicionales como las penalizaciones por las emisiones (que podrían superar los 500 M€ en 2030).

Aprovechar la oportunidad industrial de Catalunya requiere actuar rápido y de forma coordinada

Para capitalizar todo este potencial, Catalunya debe avanzar con rapidez y coordinación. El momento es ahora, y las decisiones que se tomen en los próximos años serán clave para el posicionamiento económico e industrial del territorio. Las recomendaciones pasan por cuatro grandes ejes:

1. Refuerzo de los mecanismos de ayuda y financiación

Aunque ya existen múltiples líneas de apoyo, muchas inversiones en descarbonización no son viables sin incentivos públicos. Fondos europeos como el Mecanismo de Transición Justa, ayudas estatales o ventajas fiscales deben consolidarse y complementarse con programas regionales adaptados a las características de la industria catalana.

2. Despliegue de generación renovable

Catalunya tiene una de las tasas más bajas de generación renovable de España: menos del 20% frente a casi el 60% de media estatal. La dependencia de la energía nuclear y del gas (más del 70% del mix), sumado a un potencial cierre de nucleares, hace que el reto de garantizar energía descarbonizada sea aún mayor. Debe agilizarse el desarrollo de infraestructuras eléctricas: renovables, almacenamiento que otorgue potencia firme, redes, entre otras.

3. Desarrollo de sistemas de almacenamiento

Otra de las principales claves de un sistema energético descarbonizado es el almacenamiento energético. Soluciones como baterías o centrales de bombeo:

  • Permiten almacenar energía en momentos de alta generación solar o eólica.
  • Garantizan suministro cuando la producción renovable es baja.
  • Evitan sobrecargas y reducen el vertido de energía.

Además, en zonas donde reforzar la red es costoso o inviable, el almacenamiento permite aliviar nudos críticos y mantener la eficiencia del sistema. Para ello, hacen falta modelos de negocio rentables, planificación flexible y permisos más ágiles.

4. Modernización de la red eléctrica

La electrificación de los usos industriales, la integración de renovables y el aumento de la demanda requieren una red moderna y preparada. España deberá invertir 4.300 millones de euros anuales durante los próximos años, cuatro veces menos que Alemania, dos veces menos que Italia o ligeramente menos que Francia o Países Bajos. Estas inversiones se destinarían, entre otras cosas, a la renovación de activos, el refuerzo por nueva demanda o la expansión de capacidad renovable.

Did you find this useful?

Thanks for your feedback