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Reindustrialización de la Comunitat Valenciana y aportación a la recuperación tras la DANA

La Comunitat Valenciana se encuentra ante una oportunidad estratégica para impulsar un modelo de desarrollo más resiliente y sostenible, consolidarse como un referente industrial en el marco de la transición energética y reforzar su competitividad. La reconstrucción tras la DANA puede convertirse en un catalizador para acelerar una reindustrialización basada en la modernización tecnológica y la creación de empleo de calidad. Para lograrlo, es necesario reforzar las capacidades industriales de la región y abordar de forma urgente y coordinada los desafíos estructurales del tejido productivo.

Reindustrialización de la Comunitat Valenciana y aportación a la recuperación tras la DANA

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La industria valenciana ante un momento clave para reforzar su competitividad

La reindustrialización ya era un reto clave para la Comunitat Valenciana debido a la pérdida de peso del sector industrial en su PIB en las últimas décadas, a pesar de su importancia relativa frente a la media nacional. La DANA de 2024, con daños estimados en 17.800 M€, ha generado una oportunidad para acelerar esta transformación gracias a los más de 20.000 M€ en ayudas públicas anunciadas por el Gobierno y la Generalitat.

Estos fondos pueden impulsar la modernización del tejido industrial y de las infraestructuras, beneficiando a sectores clave como el metalúrgico, cementero, de maquinaria o plásticos, así como a la red eléctrica. En un contexto europeo de autonomía estratégica y transición verde, la Comunitat puede posicionarse como un hub industrial competitivo, atrayendo inversiones ligadas a nuevas cadenas de valor sostenibles y de alto valor añadido.

La industria verde como motor de recuperación y renovación del modelo productivo

La industria de valenciana presenta una productividad inferior a la media española, en parte debido al menor tamaño de sus empresas, lo que limita su capacidad de inversión. Sin embargo, la transición energética es una oportunidad para mejorar su competitividad y dinamizar el empleo.

La recuperación y renovación del modelo productivo valenciano pasa por la descarbonización de la industria actual y el aprovechamiento de las nuevas oportunidades derivadas de la transición energética. La adopción de tecnologías eléctricas mejorará la competitividad del sector industrial valenciano, reduciendo sus costes y su consumo gracias a la mayor eficiencia energética de los procesos. Con la excepción de la industria cerámica, las principales subindustrias valencianas pueden ganar competitividad a través de la electrificación en el corto plazo, evolucionando del actual 17-38% del consumo eléctrico (según la subindustria) a más del 85% en el corto plazo (en función de las limitaciones tecnológicas específicas por industria).

Asimismo, la disponibilidad de electricidad renovable más barata que en otros países europeos es atractivo también para nuevas industrias, por ejemplo, en el campo de fabricación de equipos asociados a energías limpias, economía circular y sostenibilidad o atrayendo industrias de elevado consumo energético, tanto aquellas de nueva creación como industrias convencionales.

La Generalitat está impulsando planes y leyes para apoyar esta transformación, como el PVIECC 2030 y la Ley de Cambio Climático. La electrificación y el uso de combustibles renovables (hidrógeno verde, biometano, etc.) podrían reducir costes, aumentar la eficiencia energética y evitar sanciones futuras por emisiones de CO₂ (estimadas en 500 millones de euros para 2035).
 

Aprovechar la oportunidad industrial de la Comunitat Valenciana requiere actuar rápido y de forma coordinada

Para que la Comunitat Valenciana se convierta en un referente industrial sostenible en la transición energética, es clave actuar con rapidez y de forma coordinada en cuatro ámbitos:

  • Ayudas a la inversión en descarbonización
  • Modernización de la red eléctricas
  • Soluciones de almacenamiento energético
  • Despliegue ágil de energías renovables

Se necesitan mecanismos de financiación y ayudas públicas, como los Fondos de Transición Justa, que impulsen inversiones que no serían rentables a corto plazo sin incentivos. A su vez, modernizar la red eléctrica valenciana es esencial para integrar renovables, electrificar la industria y responder a una mayor demanda. Esta inversión permitiría construir una infraestructura más eficiente, digital y resiliente.

El almacenamiento energético (baterías o bombeo) resulta clave para estabilizar la red, facilitar la integración de renovables y aliviar zonas congestionadas, evitando inversiones costosas.

Finalmente, la región debe acelerar el desarrollo de renovables. La Comunitat Valenciana tiene un 25-30% más de horas de sol que la media nacional, en un país donde la electricidad renovable a través de solar es un 25% más económica que en Europa. Retrasos en este despliegue, sumados al posible cierre de nucleares, podrían aumentar la dependencia del gas, las emisiones y los costes energéticos.

 
Conclusión

La reindustrialización sostenible de la Comunitat Valenciana no es solo una respuesta a los impactos de la DANA, sino también una apuesta estratégica para el futuro económico de la región. Apostar por la descarbonización, modernizar infraestructuras, desplegar energías renovables y atraer inversiones innovadoras permitirá no solo reforzar la competitividad del tejido productivo, sino también generar empleo de calidad y fortalecer la cohesión territorial.
El momento de actuar es ahora. La región cuenta con los recursos, la capacidad y el conocimiento necesarios. Convertir esta oportunidad en una realidad exige actuar con agilidad, visión estratégica y una estrecha colaboración entre administración pública, empresas y sociedad.

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