En un mundo laboral en constante evolución, las organizaciones deben adaptar su forma de pensar para poder hacer frente a los nuevos desafíos. Tecnologías como la IA generativa están cambiando las reglas del juego y están poniendo de relieve la importancia de que los trabajadores perfeccionen otras capacidades como la curiosidad y la empatía, para despertar la imaginación. Otros factores relevantes serán los ecosistemas digitales, un enfoque multifuncional de RR. HH. o la creación de microculturas en la empresa.
Para avanzar en la dimensión social de los criterios de ESG, la idea del rendimiento humano debe formar parte de la estrategia de las organizaciones: el grado en que la organización crea valor para las personas, fomentando el bienestar, la adopción de nuevas habilidades, ofreciéndoles oportunidades para avanzar en sus carreras, fomentando la equidad y una mayor conexión con el propósito.
El rendimiento humano, un concepto que introdujimos en la pasada edición de nuestro informe, requiere que las compañías se enfoquen menos en cuánto benefician las personas a su organización y más en cuánto benefician ellas a las personas.
La inteligencia artificial generativa y otras tecnologías podrían estar revelando un déficit de imaginación. Apostar por potenciar capacidades como la curiosidad y la empatía puede ayudar a las organizaciones a impulsar el desempeño humano.
Liderar una organización hacia la optimización del rendimiento humano puede parecer un desafío ya que es necesario un cambio de mentalidad organizacional. La clave reside en comenzar donde estás, con lo que tienes, y continuar construyendo estrategias que lleven a tu organización más cerca de esos nuevos objetivos.