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2023 Global Health Care Outlook

Una visión después de la pandemia

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2023 Global health care outlook

 

La pandemia de la COVID-19 modificó los modelos de asistencia sanitaria en el mundo. La rápida adaptación de nuevas tecnologías, así como la atención prestada a la sostenibilidad y la necesidad de un sistema resiliente fueron algunos de los cambios que se vivieron de forma acelerada.

No obstante, este periodo también acentuó retos en materia de personal y de desigualdad de la atención sanitaria en diferentes partes del mundo. Con más de un 70% de la población mundial vacunada contra la COVID-19, el sector se enfrenta a una nueva serie de desafíos durante este 2023 y también durante los próximos años.

Para avanzar y evolucionar en este escenario actual y futuro es necesario centrarse en la agilidad, la resiliencia y la flexibilidad.

Este informe desgrana cinco áreas clave que determinarán la transformación del sector después de la COVID-19:


Atención sanitaria virtual

 

La pandemia dejó en evidencia lo rápido que pueden verse desbordados los sistemas sanitarios y, a la vez, demostró el potencial de la atención sanitaria virtual para complementar los servicios tradicionales.

Asimismo, la COVID-19 aceleró el interés del sector sanitario por estos modelos a distancia y acercó a muchos tratamientos de salud hacia entornos virtuales.

En el futuro, la interconexión entre sistemas y la recogida de los datos que resulten de la atención virtual mejorarán la colaboración entre todas las personas que forman parte de los sistemas sanitarios.

Según una encuesta realizada entre directores de sistemas de información del sector salud, en 2022 el gasto en sanidad virtual fue un 39% mayor que el año anterior. Esto demuestra el interés de la industria y la aceptación por parte de los pacientes.

No obstante, los avances se hacen con prudencia, pues a algunos pacientes y médicos les preocupa perder la conexión humana, que es parte integral de la atención sanitaria.

 

Transformación digital

 

Los diferentes actores que forman parte del sector sanitario están acelerando la adopción de nuevas tecnologías para reducir costes, hacer frente a los rápidos cambios en la demanda y ajustarse a los retos de la captación y retención del talento.

Las iniciativas llevadas a cabo para conseguir una transformación digital eficaz no son un capricho y serán la norma en los próximos años. Sobre todo, después de la pandemia, pues ha sido más fácil identificar procesos ineficientes y dar con una solución a golpe de tecnología.

Encuestas realizadas por Deloitte a consumidores en Estados Unidos revelaron que, en los últimos cinco años, el interés de los pacientes por herramientas de salud virtual y digital ha aumentado de manera considerable, por otro lado, la tasa de adopción entre los médicos era muy desigual.

No obstante, hay especialidades donde esta transformación se lleva a cabo de forma más rápida. Por ejemplo, en los tratamientos de salud mental, el 89% de las consultas se realizan virtualmente, y se ha comprobado que, bien diseñados, los tratamientos digitales tienen una eficacia comparable con los que se realizan cara a cara.

Según datos del informe Connectivity and Mobile Trends 2022, más del 40% de los pacientes ha expresado su deseo de seguir utilizando la telemedicina. Estos datos harán que la industria comprenda la necesidad de una profunda transformación digital.

Despuntan también tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, el uso de blockchain y dispositivos de monitorización para proporcionar datos en tiempo real. Estas herramientas proporcionan diagnósticos precisos, ofrecen tratamientos personalizados y ayudan a predecir riesgos para los pacientes. Este marco tecnológico dará forma a la sanidad en los próximos años.


Igualdad en la sanidad

 

La pandemia también expuso las enormes disparidades de la atención en salud a nivel mundial. Por ejemplo, más de una cuarta parte de la población mundial todavía no tiene acceso a medicamentos esenciales.

Hasta ahora, los esfuerzos por reducir o eliminar estas disparidades no han sido del todo eficaces y la pandemia puso de relieve que hay factores que afectan más a los más vulnerables. Es aquí donde entran a jugar los desafíos para el futuro, como el impacto del cambio climático, que podría amplificar más todavía las desigualdades sanitarias.

La polución, la dificultad para tener agua potable o suministros de alimentos y alojamientos seguros serán parte de los retos que afrontará la sociedad en los próximos años. Se espera que el aumento de las temperaturas cause un cuarto de millón de muertes más entre 2030 y 2050.

Lograr igualdad sanitaria exige que los líderes diseñen sistemas que promuevan la equidad y para esto es necesario ampliar la cobertura y el acceso a poblaciones históricamente olvidadas y mirar más allá del sistema sanitario tradicional, abordando los factores sociales, económicos y ambientales.


Talento

 

La pandemia también maximizó los desafíos en materia de captación y retención del talento en el sector sanitario. Estos trabajadores se enfrentan a pesadas cargas de trabajo, obstáculos tecnológicos e ineficiencia en procesos.

De cara a 2030, el sector sanitario necesitará unos 80 millones de trabajadores más para satisfacer la demanda mundial, de estos, 18 millones serán necesarios en países con rentas bajas.

Las organizaciones sanitarias deberán crear una nueva concepción del talento. Las viejas jerarquías no funcionarán y los profesionales necesitarán más apoyo tecnológico y de automatización para realizar su labor. El aumento en la inversión será clave para enfrentar este desafío y prosperar.

 

Sostenibilidad

 

La sostenibilidad se erige como uno de los pilares fundamentales de la atención sanitaria en el futuro. El cambio climático amenaza la salud de la humanidad y este es uno de los retos más relevantes. Entre 2000 y 2016 el número de personas expuestas al calor extremo en todo el mundo aumentó en 125 millones y las olas de calor ponen a prueba los sistemas de salud, de emergencia, los suministros de agua y la infraestructura de las regiones.

Las consecuencias a largo plazo son aún más graves y se espera que el aumento de las temperaturas entre 2030 y 2050 cause 250 millones de muertes más en todo el mundo por malnutrición, malaria, estrés térmico, etc.

El sector de la salud tiene desafíos en dos direcciones: deberá afrontar los efectos del cambio climático en forma de nuevos pacientes, a la vez que tendrá que adaptar su funcionamiento a un modelo más sostenible, en el que sus cadenas de suministro, su consumo de agua y energía tengan un impacto menor en el medio ambiente.

Para ello, el sector necesita el apoyo político y regulatorio para acometer los cambios estructurales que requieren.

Y de manera complementaria, las organizaciones sanitarias deberán hacer un seguimiento eficaz de sus iniciativas en sostenibilidad para que estas cobren mayor relevancia.

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