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La Prevención del Blanqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo

Contexto social, supervisor y regulatorio
 

La lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo se ha convertido en los últimos años en una prioridad para gobiernos y sistemas financieros a nivel global.

El aumento en la complejidad de los métodos para blanquear fondos o financiar grupos terroristas, la aparición consecuente de riesgos emergentes, nuevas tecnologías y el creciente volumen e inmediatez de las transacciones financieras, obliga a los sujetos obligados en esta materia a evolucionar su marco de control y a reforzar su capacidad de gestión, supervisión y prevención de los riesgos asociados al crimen financiero.

La evolución de las técnicas de blanqueo y financiación del terrorismo, cuyo objetivo es explotar las vulnerabilidades de los sistemas nacionales para dar apariencia de legalidad a los fondos procedentes de actividades ilícitas, o incluso lícitas en el caso de terrorismo, representa un reto permanente para las autoridades y los sujetos obligados de cada país.

Y es que obliga a los mismos a llevar a cabo una actualización continuada de sus análisis y controles que permitan identificar los cambios en las formas de operar y actuar, las nuevas tipologías de riesgo que surgen y aquellas que se quedan atrás y los modos de utilización de los avances tecnológicos y de la digitalización del sector financiero.

Por tanto, la identificación de las amenazas y vulnerabilidades nacionales concretas en materia de prevención del blanqueo de capitales y financiación del terrorismo se configura como el elemento fundamental en la definición de un modelo integral eficiente que incorpore la capacidad preventiva, la analítica y la de respuesta ágil.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la gestión nacional solo constituye una pequeña parte de un todo.

La globalización del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, ha contribuido a que hoy en día sea más necesaria que nunca, la comunicación y coordinación entre los países y los organismos internacionales.

Una de las máximas expresiones de esta voluntad de cooperación y homogeneización en el tratamiento de la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, la encontramos en la publicación del paquete legislativo de la Unión Europea, que viene a complementar la normativa internacional y nacional y las mejores prácticas vigentes.

Este paquete legislativo, conllevará una mayor presión supervisora y requerirá un esfuerzo por parte de los distintos sectores (incluyendo el sector de inversión colectiva) para adaptarse con la mayor agilidad posible a un entorno regulatorio cada vez más dinámico.

 

Principales retos para el sector de la inversión colectiva
 

Fruto de la creciente preocupación por parte de las autoridades mundiales, y en concreto de las europeas, con relación al crimen financiero, el legislador ha optado por construir un marco robusto, uniforme y armonizado para luchar contra el mismo y garantizar el intercambio de información y la coordinación entre las distintas partes involucradas, tanto de forma nacional como de forma transfronteriza.

En el contexto de esta cooperación, cabe destacar que, a nivel nacional, en donde la presión supervisora ha aumentado progresivamente en los últimos años, se ha alcanzado como hito relevante en el año 2024, la creación de una unidad específica de prevención del blanqueo de capitales en la CNMV.

Esta unidad especializada actuará conjuntamente con el SEPBLAC en sus labores de inspección, permitiendo ampliar el scope de entidades supervisadas, poner foco progresivo en el sector de mercado de capitales​ y propiciar que exista un marco de supervisión y colaboración entre los supervisores nacionales.  

La actuación de la unidad se dirigirá a aquellos sujetos obligados con mayor riesgo supervisor en materia de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo, con el objetivo de analizar el cumplimiento de la obligación de contar con un análisis actualizado de los distintos riesgos.

Y es que este ejercicio de “Risk Assessment” constituye la base para el establecimiento de un sistema de prevención eficaz y adaptado a la realidad de cada negocio.

En base a lo expuesto anteriormente, se puede concluir que los cuatro grandes retos a corto plazo a los que se enfrenta la industria del mercado de capitales son:

  • Disponer de un sistema permanentemente actualizado a las novedades regulatorias.
  • Maximizar la eficacia del sistema de control de las entidades obligadas.
  • Agilizar la capacidad de respuesta ante el supervisor y al resto de stakeholders.
  • Contar con un marco de control customizado en el riesgo y actualizado a la situación de negocio.

El logro de estos retos supondrá la observancia de la legislación actual, el acercamiento a las expectativas del supervisor y contribuirá a robustecer nuestra sociedad.

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