Uno de los pocos consensos extendido entre los economistas, es que uno de los principales problemas que aqueja a la Argentina es la escasez de divisas y la menor productividad relativa de nuestra economía en comparación con la región.
Es entonces esperable que, si en promedio generamos menos de las divisas que crean nuestros vecinos con frecuencia nos enfrentemos con la llamada restricción externa. En este sentido, los dólares que generamos como país son insuficientes para sostener las importaciones de bienes y servicios, viajes al exterior, remesas y atesoramiento.
Por otra parte, según un estudio del BCRA por cada punto porcentual que crece nuestro PIB, las importaciones se expanden en 2,2 puntos, mientras que por cada punto que se expande la economía de los países receptores de nuestros envíos, nuestras exportaciones crecen 0,79 puntos. Por lo tanto, la restricción externa no es solamente una problemática circunstancial por una mala cosecha, sino que la tendencia a mediano/largo plazo es que la misma se profundizará si no desarrollamos una estrategia productiva que potencie el desarrollo e integración de cadenas productivas que incrementen la productividad de nuestra economía.
Argentina posee un horizonte de grandes oportunidades (sector de hidrocarburos, minería, energías renovables, alimentos y también en sectores de alto valor agregado como biotecnología, software, etc.) que podrían permitirnos superar la restricción externa y encauzarnos en una senda de desarrollo económico virtuoso.
Contar con una base de recursos naturales es una gran oportunidad para fortalecer y ampliar la actividad industrial y de servicios que son requeridos para el agregado de valor, ya que el desarrollo de encadenamientos productivos permitirá desarrollar un sendero de crecimiento sostenido.
La generación cadenas de valor es deseable por:
Por ejemplo, Noruega es un caso emblemático de la integración de los recursos naturales con las industrias y servicios de alta intensidad tecnológica vinculadas con aquellos. Esto ha sido posible con políticas públicas industriales para potenciar los recursos naturales como una plataforma de desarrollo integral de los productores de bienes y servicios más complejos.
Es en este contexto, que cobra relevancia el RIGI como elemento dinamizador en el desarrollo de cadenas productivas de valor integrando empresas productoras de bienes y servicios de diferente tamaño y distribución geográfica.
El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), incluido en el marco de la Ley Bases establece incentivos, certidumbre, seguridad jurídica y un sistema de protección de derechos adquiridos para vehículos titulares de un único proyecto (VPU) que cumplan con los requisitos previstos en el RIGI.
El régimen abarca una variedad de sectores cruciales para el desarrollo económico sostenible, tales como: agroindustria, infraestructura, forestal, minería, gas y petróleo, energía y tecnología.
Los principales incentivos incluyen:
Exoneración de derechos de importación para los bienes de capital necesarios para la ejecución de los proyectos acogidos al régimen.
La exención de los derechos de importación y la posibilidad de importar bienes de capital sin la carga impositiva habitual mejoraría la eficiencia operativa y permitiría a las empresas acceder a insumos que optimicen el desarrollo del proyecto mejorando la competitividad de la economía.
El Decreto establece que los bienes de capital importados están exentos de los derechos de importación, lo que reduce los costos operativos iniciales. Esto incluye maquinaria, equipos industriales y otros insumos necesarios para la implementación del proyecto.
A través de la Comunicación “A” 8099/2024, el Banco Central de la República Argentina (“BCRA”) ha establecido regulaciones específicas para VPU en lo que respecta a los cobros de exportaciones de bienes y servicios.
Exportaciones de bienes. Los proyectos declarados como Exportación Estratégica de Largo Plazo pueden exceptuarse de la obligación de ingreso y liquidación de divisas de acuerdo con el tiempo transcurrido desde la puesta en marcha del VPU.
Asimismo, los cobros por la prestación de servicios a no residentes están exentos de la obligación de liquidación de divisas, siempre que los servicios se presten o devenguen a partir de la puesta en marcha del VPU.
Se permite el acceso al mercado de cambios para pagar utilidades y dividendos a accionistas no residentes sin la conformidad previa del BCRA, cuando las inversiones se han ingresado y liquidado en el mercado de cambios.
Argentina tiene una amplia tradición en materia industrial e hidrocarburos, con alto potencial en minería. Este sector está conformado por una larga cadena de valor, ya que involucra muchos eslabones y es por ello por lo que es un gran dinamizador de la economía. En nuestro país hay una amplia base de proveedores de bienes y servicios, que proveen al sector industrial, y potencialmente a los sectores promovidos por el RIGI (agroindustria, infraestructura, forestal, minería, gas y petróleo, energía y tecnología).
La creación RIGI es una oportunidad para potenciar el valor de los recursos naturales (RRNN) y aprovecharlos con el fin de obtener el mayor valor agregado posible, fortalecer los eslabonamientos productivos y la proyección exportadora de nuestras pymes en bienes y servicios de alto valor agregado.
Considerando que nuestro país ya cuenta con una cadena de valor en potencial desarrollo es que se aprecia una gran oportunidad para desarrollar proveedores de bienes y servicios de media y alta complejidad relacionados con el abastecimiento a los sectores promovidos por el RIGI donde Argentina puede posicionarse como un proveedor competitivo acumulando capacidades productivas aplicables en diferentes sectores de la economía.
Consideramos que el RIGI proporciona a las empresas un proyecto sólido con una estructura que fomentara las inversiones en Argentina proporcionando a las empresas un marco de seguridad y previsibilidad financiera, que es lo que buscan y reclaman las empresas para invertir en el país.
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