Deloitte y Code.org desarrollan la segunda oleada de este estudio que analiza el grado de implementación de las ciencias de la informática en la sociedad española, y en particular en la educación reglada.
La segunda oleada de este observatorio ha permitido evaluar el camino recorrido y mirar hacia adelante con mayor perspectiva. En 2025, persisten obstáculos relevantes, como la confusión entre digitalización y enseñanza de la informática, pero también se afianza una convicción; incorporar esta disciplina desde las primeras etapas educativas no solo fortalece el pensamiento lógico, crítico y creativo, sino que además abre nuevas vías para el desarrollo de vocaciones STEM, la reducción de brechas sociales y de género, y la mejora de la equidad en el acceso al conocimiento.
Avanzar en esta dirección implica ir más allá de los contenidos. Requiere formar al profesorado con herramientas y metodologías actualizadas, rediseñar los enfoques pedagógicos, y asegurar que todos los estudiantes, independientemente de su contexto, tengan las mismas oportunidades. No basta con que los alumnos sepan usar tecnología, es imprescindible que la comprendan, que desarrollen pensamiento computacional, que aprendan a construir soluciones y a reflexionar sobre el impacto social, económico y cultural de la innovación.
Para que esta transformación sea real y sostenible, es necesario alinear visión, recursos y voluntad institucional y esto implica:
En definitiva, no se trata solo de digitalizar la escuela, se trata de formar personas capaces de adaptarse, cuestionar, innovar y contribuir a una sociedad más justa y preparada. Apostar por la informática desde la escuela no es una cuestión técnica, es una inversión estratégica en talento, equidad y futuro.