El euro digital podría estimular, en un futuro próximo, la resiliencia, competencia e innovación en el sector de pagos europeo. El estudio "La adopción del euro digital en España y su impacto en bancos y comercios", elaborado por Monitor Deloitte, analiza, entre otros aspectos, la situación, aspectos regulatorios y las incertidumbres en torno a este medio de pago.
En el último trimestre de 2021, el Banco Central Europeo (BCE) inició una fase de investigación decisiva para el desarrollo del euro digital, estableciendo un equipo encargado de su gobernanza y desarrollo tecnológico.
Durante 2022, se priorizaron los casos de uso y se realizó un estudio con focus groups de ciudadanos y comercios. Asimismo, se llevaron a cabo estudios sobre la disponibilidad online y offline, los niveles de privacidad de datos y el mecanismo de transferencia. Además, durante este periodo, se desarrolló el modelo de distribución y se analizaron diseños que permitieran mitigar los riesgos relativos a la estabilidad financiera. El año terminó con la configuración de un prototipo y la toma de decisiones sobre aspectos como la cantidad en circulación, el rol de los intermediarios (bancos comerciales) y el modelo de settlement.
En 2023, los esfuerzos se centraron en el desarrollo de servicios de valor añadido, el modelo de compensación y el acceso al ecosistema. Además, se obtuvieron los resultados del prototipo, se establecieron los requisitos de usuario y comenzaron los preparativos para una posible fase de realización. La etapa de investigación finalizó con la selección de los proveedores. En octubre, el BCE decidió iniciar la fase de preparación del proyecto del euro digital, que culminará en 2026 con la decisión final sobre su lanzamiento.
La adopción del euro digital en España y su impacto en bancos y comercios Descargar informe
La creación de una Moneda Digital de Banco Central (CBDC, por sus siglas en inglés) pretende asegurar la soberanía sobre los pagos en Europa y ofrecer una alternativa frente a las monedas privadas no reguladas, como las stablecoins o las criptomonedas.
Además, busca mejorar la eficiencia y resiliencia de los pagos, mitigar la caída del efectivo y facilitar transacciones más rápidas y seguras, perfilándose como una solución para la inclusión financiera. Por último, actuaría como una herramienta de política monetaria, permitiendo al BCE adaptar más rápidamente sus estrategias económicas.
A pesar de sus ventajas, el estudio refleja que el 61% de los españoles no adoptaría el euro digital, principalmente por desconocimiento y satisfacción con los medios de pago digitales disponibles.
Del 39% que si se muestra a favor de su utilización, el 50% lo utilizaría prioritariamente para el comercio online; el 33% y 40%, para los pagos P2P y C2B (en entorno físico) respectivamente, y el 48% para remesas internacionales, un caso de uso que no está oficializado por la Comisión o el BCE. Además, las características más valoradas como la remuneración y privacidad (55% y 51%, respectivamente) y su interoperabilidad geográfica (más del 45%), no se desarrollarán a corto plazo según el diseño actual del euro digital.
Sin embargo, la percepción es notablemente más positiva entre los comercios, con un 85% dispuesto a aceptarlo, valorando especialmente la rapidez y seguridad en la conciliación de pagos. Tan solo una minoría da razones para no admitirlo como su complejidad (10%) o la preferencia por otros medios de pago digitales (15%). Esta opinión contrasta con la del 60% de los encuestados que cree que el euro digital supondría una mejora de los medios de pago actuales, destacando la rapidez en la conciliación de los pagos como su mayor beneficio, además de la seguridad y confidencialidad.
Los comercios aprecian más los servicios de valor añadido que el coste mínimo de transacción que les puede aportar. El 48% considera la tarjeta Contactless como el instrumento de pago más útil para el euro digital y el 60% muestra interés en la posible programabilidad de los pagos y en la interoperabilidad geográfica.
“El desconocimiento por parte de la población española en torno a esta nueva forma de pago es señal de la necesidad de llevar a cabo una mayor colaboración público-privada entre la banca y los comercios con las autoridades europeas. Es necesario el desarrollo de campañas de información sobre el euro digital y sus ventajas que faciliten su uso entre el grueso de la población”
Gorka Briones, socio de Monitor Deloitte y responsable de Medios de Pago en Deloitte
El informe analiza la adopción potencial del euro digital a través de siete escenarios en función de su grado de adopción y de otras cuestiones como su grado de rentabilidad, anonimidad, límites de transaccionalidad y recarga.
Tras realizar una serie de simulaciones por escenario, a doce meses desde la introducción del euro digital, el modelo muestra que la adopción es residual en todos los escenarios menos en aquellos que ofrecen fuertes incentivos, como la remuneración o la distribución de beneficios estatales.
El estudio muestra una baja transaccionalidad en los pagos C2B, tanto online como offline, salvo en aquellos escenarios en los que se incentiva su adopción. Sin embargo, en los pagos P2P la transaccionalidad es mayor, posiblemente por la menor competencia de otros medios de pago y el refuerzo de adopción entre usuarios.
La entrada del euro digital no supondría un cambio en el mix de pagos español, salvo en los escenarios donde hay incentivos. En estos casos, el instrumento de pago más perjudicado sería la tarjeta. Por otro lado, el mix de instrumentos por volumen transaccionado sí sufriría cambios, incrementando la cuota de medios digitales como BNPL o PayPal.
El informe señala tres claves para desarrollar con éxito la implantación del euro digital: