En un contexto marcado por el crecimiento de la población mundial, el sistema alimentario global debe afrontar una serie de retos relacionados con la salud y la sostenibilidad. La pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto dos cuestiones muy relevantes. En primer lugar, la importancia de la cadena de suministro del sistema alimentario global. En segundo lugar y de forma global, en todos los países, la necesidad de repensar y reforzar todo el proceso logístico, desde el campo hasta que el producto llega a la mesa del consumidor.
Todo ello con el fin de contrarrestar las debilidades que han tensionado la resiliencia de nuestros sistemas de alimentación, en cuanto a qué y cómo comemos, cómo y dónde lo producimos y cuál es su modelo logístico.
En nuestra opinión, la digitalización y la trazabilidad en la cadena de suministro alimentaria constituye una palanca clave para responder a estos desafíos globales, que requieren garantizar la calidad y reducir el impacto medioambiental de la industria alimentaria.
En este contexto la tecnología blockchain es una de las herramientas con la que controlar la gestión de los alimentos en todas las etapas de producción, procesamiento y distribución por las que pasa. La calidad y la seguridad de la información y su trazabilidad resulta fundamental, tanto para certificar la calidad de los alimentos, como para reforzar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de los medios de producción empleados.
En consecuencia, existe una oportunidad única para potenciar la valorización de la cadena alimentaria a través de la digitalización y la trazabilidad del sistema alimentario en su conjunto. La industria está realizando esfuerzos relevantes en los últimos años, pero los Fondos Next Generation EU deben favorecer e impulsar su implantación generalizada, consolidándose como un instrumento adicional para la protección y el fortalecimiento económico y social de nuestro medio rural.
El desarrollo de blockchain presenta numerosos beneficios relacionados con la trazabilidad y la certificación de la calidad de los productos agroalimentarios:
Para aprovechar todas las ventajas que plantea el blockchain para la industria alimentaria, se debe responder a una serie de cuestiones relacionadas con la tecnología, la protección de datos y la gobernanza:
Aunque las empresas alimentarias españolas representan el 9% del PIB, más del 12% del empleo total y el 17% de las exportaciones españolas, su nivel actual de tecnificación y una serie de características estructurales les impide desarrollar todo su potencial. Así, a pesar del incremento de un 23% en el número de empresas exportadoras y del 43% en valor exportado en la última década, se observa una cierta desaceleración en el crecimiento durante los últimos dos años.
En paralelo, el envejecimiento de la fuerza laboral -más de un 30% del empleo está ocupado por personas mayores de 50 años-y la brecha de género -más del 65% de los trabajadores son varones- limitan el potencial del sector. Además, la agroindustria española presenta una estructura muy atomizada en la que más del 90% de sus empresas cuentan con menos de 50 empleados y casi el 80% son microempresas (menos de 10 empleados).
Ante esta realidad, los fondos de recuperación europeos contemplados dentro del plan Next Generation EU constituyen una gran oportunidad para transformar la industria alimentaria española. Con ellos, se deben impulsar proyectos tractores que resuelvan los retos de la industria agroalimentaria. En este sentido, la financiación europea ha de fomentar también el desarrollo de plataformas tecnológicas que, mediante blockchain, ayuden a mejorar la valorización del producto alimentario español.