Las tecnologías para conseguir transformar la manera en la que se consume y produce la energía en las ciudades ya está disponible, lo que nos permite abordar este proceso con confianza en el futuro. Sin embargo, al ritmo actual de reducción de emisiones, no se conseguirán los objetivos de sostenibilidad. Las Administraciones, las empresas y los ciudadanos deben tomar medidas decididas para mejorar la sostenibilidad energética de las ciudades y cumplir con los objetivos establecidos.
La forma en la que los habitantes se mueven hoy no es sostenible. En el año 2030 se debe haber incrementado sustancialmente el uso del transporte público y de los modos no motorizados como andar, bicicleta, etc. Además, se requiere impulsar la renovación de vehículos particulares, eliminando aquellos más antiguos y contaminantes, y continuar con el desarrollo del vehículo eléctrico.
Los edificios comerciales y de oficinas son las grandes fuentes de consumo energético del sector servicios, especialmente en iluminación y climatización. Es por tanto necesario que este consumo sea lo más eficiente posible, mediante el desarrollo de sistemas de smart heating y smart lighting que optimicen al máximo el consumo. Adicionalmente debe impulsarse el uso de equipos de climatización eficientes como la bomba de calor.
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Los hogares son una de las principales fuentes de emisiones en las ciudades, especialmente en aquéllas con un clima frío donde la calefacción tiene un peso muy relevante. Se debe impulsar el uso de equipos térmicos más eficientes, como la bomba de calor o la caldera de condensación de gas natural, los sistemas de control del consumo de calefacción y las rehabilitaciones energéticas de edificios.
Las Administraciones Públicas tienen que liderar con el ejemplo el uso sostenible de la energía, siendo pioneros en adoptar las tecnologías más sostenibles, tales como la iluminación con tecnología LED y los vehículos cero emisiones en la flota municipal y en la flota de autobuses.
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Conseguir desarrollar todas estas actuaciones requiere realizar una inversión adicional de entre 1.500 y 4.000€ por habitante de aquí al año 2030. No obstante, aparte de mejorar la calidad de vida y la salud de los habitantes de las ciudades, esta inversión conllevará un ahorro de hasta 2.000€ por habitante y evitará unas inversiones mayores en el futuro de cara a alcanzar los objetivos de cero emisiones en las ciudades en 2050.
En los siguientes estudios podrás ampliar la información sobre cómo alcanzar el objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero marcado por la Unión Europea.