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nuevas formas de trabajar

Retos y acciones sobre las nuevas formas de trabajar

Las personas, lo primero

 

Frente a la situación de crisis que estamos viviendo es necesario tomar la iniciativa. Hay que lograr que la actividad de los diferentes equipos, clientes y proveedores continúe a pesar del contexto de alta descentralización a través del uso de nuevas metodologías y formas de trabajar.

Para ello, es importante reducir la brecha digital existente entre empleados, clientes y proveedores, desarrollar un nuevo entorno digital, y evolucionar hacia nuevas formas de trabajo a través de la innovación.

Nuevas formas de trabajo: cómo disminuir la brecha digital

 

A corto plazo, la mejor manera para favorecer el aprendizaje de las nuevas soft skills y evolucionar así el negocio y el talento que lo conforma, es generar el escenario adecuado para que el aprendizaje se desarrolle de manera transversal y multidireccional, creando un espacio tanto de aprendizaje, como de intercambio de conocimiento.

Dotar de tecnología y medios garantiza una experiencia positiva con la nueva forma de trabajar, tanto individualmente como en equipo. Existen herramientas de comunicación, para reuniones, de almacenamiento, envío de archivos, gestión de tareas, fomento de la creatividad, de la productividad, para la integración y el trabajo alternativo.

Hacer accesible el conocimiento común adquirido, facilitando el proceso de interiorización de nuevos hábitos de trabajo colaborativo mediante:

  • Formaciones en metodologías ágiles para promover el uso de las herramientas digitales y nuevos marcos de colaboración, sesiones de coaching grupal, coaching individual, mentoring, tutorías, procesos de desarrollo en el trabajo, etc., que ayuden a la persona a sentir que va por el camino correcto, sin perder de vista las emociones durante el proceso.
  • Hacer reuniones diarias/semanales para compartir ideas, reflexiones, artículos, o cualquier otra información que se quiera transmitir.
  • Dar soporte a los nuevos retos derivados del trabajo en remoto.

A medio-largo plazo, hay que identificar el cambio y crear sentido de pertenencia. ¿Cómo? A través de la renovación, la reorganización y la recodificación.

Renovación

Actualizar y mejorar la forma en que ahora se llevan a cabo los procesos desde el punto de vista del liderazgo, desde el punto de vista del sentimiento de equipo y la cultura, y definir una estrategia empresarial que persiga esta renovación.

Reorganización

Crear nuevos rumbos que cambien la dirección estratégica. Los trabajadores de la fuerza laboral alternativa deben sentirse respetados por sus contribuciones. Además, como parte esencial de la organización, deben sentirse comprometidos con el tejido y la cultura de esta.

En este contexto, el análisis de redes y de relaciones formales e informales en la organización puede resultar muy eficiente para visualizar y analizar las mismas.

Recodificación

Volver a empezar y diseñar desde cero. La adopción de las nuevas tecnologías ya no es una opción, se ha convertido en una realidad, y es por ello que existe la necesidad de invertir en las capacidades de las personas para que puedan servirse de las tecnologías mas punteras y de las nuevas metodologías agile y colaborativas.

Recodificar el trabajo y los empleos para integrar las nuevas tecnologías al mismo tiempo que se valoran las habilidades humanas, es una de las prioridades más importantes de las empresas. A raíz de esta última reflexión, surge el conocido Digital Workplace.

Premisas para reducir la brecha digital

 

  • Revisar los procesos más sensibles y adaptarlos a la nueva forma de trabajar.
  • Desarrollar planes de comunicación y programas de capacitación en base a las herramientas disponibles.
  • Trabajar, desde RRHH, en estrechar la colaboración con el departamento de IT, de cara a adoptar los recursos que
    mejor puedan encajar con la organización, teniendo en cuenta la cultura y los hábitos de uso pasados, así como los
    derivados de la situación actual.
  • Definir nuevas formas de trabajo y acompañar al conjunto de profesionales en la adopción de las mismas (programas
    de liderazgo, formación en capacidades digitales, gestión de clientes).

En definitiva, hay que buscar una transformación de las organizaciones a las nuevas formas de trabajar: desde la gestión operativa del día a día hasta la estrategia de evolución y adaptación.

El teletrabajo

 

El teletrabajo, impulsado por la crisis del COVID-19, también ha llegado para quedarse. Se han roto paradigmas, reticencias y dudas, ahora hay que tomar decisiones, aprovechar la inercia positiva y sentar las bases para el trabajo del futuro.

Resulta fundamental realizar un seguimiento constante y dar apoyo a la continuidad de los nuevos hábitos de trabajo, de cara a promover rutinas más eficientes que ya han demostrado una gran utilidad. Para ello, las siguientes premisas pueden ayudar a esta nueva normalidad:

  • Comprender el nivel de preparación y aceptación de iniciativas de teletrabajo a los distintos niveles de la organización.
  • Mejorar en la utilización de herramientas disponibles y las mejores prácticas para fomentar la colaboración, la comunicación, la productividad y el sentido de contribución.
  • Considerar la responsabilidad de los individuos, los equipos y el liderazgo para ayudar a asegurar el éxito.
  • Considerar la posibilidad de ampliar las tecnologías que sustentan la colaboración virtual.
  • Utilizar los datos para medir el éxito de los esfuerzos y ampliar las prácticas que aumentan el rendimiento.
  • Encontrar nuevas formas de gestión del desempeño y detección del potencial.

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