#DeloitteStories | Una inquieta Ingeniera de Telecomunicaciones que crece a pasos agigantados en el mundo de la ciberseguridad
María entró al equipo de Cyber de Deloitte al acabar el grado en Telecomunicaciones. En apenas dos años, ya ha formado parte de proyectos internacionales junto a Deloitte Alemania y, asegura, haber aprendido a gestionar su timidez ante los clientes, a ser resolutiva y a tirarse a la piscina.
"De Deloitte destacaría su dinamismo y su facilidad de crecimiento."
Si tuviese que explicarle a alguien a qué se dedica Deloitte, le diría que es una empresa que no se dedica únicamente a lo que estamos acostumbrados (auditoría, legal, etc.) sino que abarca muchas más patas. Yo dentro de todas esas patas, estoy en ciberseguridad, en un equipo de Gestión de Identidad.
Una de las capacidades que yo veo que son necesarias para trabajar en Deloitte, y que es precisamente por lo que a mí me gusta trabajar aquí, es la capacidad de adaptarte a nuevas situaciones y al cambio, porque al final estamos constantemente conociendo gente y participando en nuevos proyectos. Tienes que tener la capacidad de enfrentarte a nuevas situaciones, resolver problemas, y no estar quieto en un sitio, siendo una máquina y haciendo siempre lo mismo. De hecho, esto es lo que a mí me gusta; no estar todos los días con la misma rutina.
Deloitte en mi vida ha impactado tanto a nivel profesional como a nivel personal: he aprendido a tirarme a la piscina y a perder esa vergüenza con la que llegas recién salida de la universidad.
Yo venía de Galicia y es inevitable llegar con algo de miedo a Madrid. Al final, llegas y ves que aprendes, te vas soltando, vas participando cada vez más en las reuniones, etc. En mi caso, eso me ha ayudado a superar esa timidez.
Noto que he mejorado en conocimientos, porque son cosas muy específicas las que vas aprendiendo día a día. Ahora me enfrento a nuevos problemas con más seguridad y busco soluciones más rápido.
En mi caso tuve la suerte de estar participando en bastantes proyectos. En dos años estuve en 15 proyectos cortos, incluso en varios al mismo tiempo. Los proyectos en los que he estado han sido tanto nacionales como internacionales. Al principio trabajé más en nacional, pero luego fui entrando más en los internacionales, yendo a reuniones fuera de España y desde aquí en remoto trabajando con clientes de varios países.
Es increíble que en apenas un año y medio de experiencia ya te vas a Alemania a dar una charla o a explicar cómo funciona una herramienta. Llegas sin saber ni si quiera cómo usar una herramienta y te ves en seis meses en Alemania explicándolo. Esto te permite conocer gente nueva y ver cómo es su forma de trabajar. En mi caso, trabajé con Deloitte Alemania y ves que es muy distinto a lo que se hace en Deloitte España.
Una de las cosas que más valoro de Deloitte es el equipo que tenemos porque somos todo gente joven; parece que es como un proyecto más de la universidad. Además, existe un compañerismo de "yo estuve en este proyecto y te ayudo a hacer esto, nos ponemos juntos y lo sacamos".
Además, fuera del trabajo, solemos tomar algo y ahora estamos haciendo un torneo de pádel y eso es algo que nos une bastante. Luego también hacemos alguna escapada, algún viaje, etc. He conocido a muchísima gente en Deloitte.
Poder trabajar con personas de otras áreas me ha ayudado a poder conocer lo grande que es Deloitte porque, por ejemplo, para que una persona pueda registrarse en una web, hay muchísimas patas que hay que tener en cuenta. Hemos trabajado con gente de Sevilla y con gente que no trabaja en ciberseguridad para llevar a cabo un proyecto así. Al final ni te imaginas que para entrar en una web en la que tienes que meter tu nombre y apellidos hacen falta tantos equipos y tantas conexiones.
En general, nos ayudamos entre nosotros porque nos conocemos bastante bien. Cuando entré, la primera persona con la que estuve en el proyecto me apoyó en todo momento y aprendí muchísimo, también a superar el agobio del principio. Llegas a un lugar nuevo en el que ya hay muchas personas que ya saben donde están. Siempre recordaré eso de "no pasa nada, todos estuvimos así al principio".