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Claves para prepararse para el nuevo ciclo de liquidación T+1

¿Está tu empresa preparada para liquidar en solo un día hábil?

El 11 de octubre de 2027 entrará en vigor el nuevo ciclo de liquidación T+1, un cambio que transformará el mercado financiero europeo y exigirá una adaptación de los procesos operativos, los sistemas tecnológicos, la gestión de liquidez y las relaciones entre los actores del ecosistema financiero. La transición es inevitable, pero anticiparse marcará la diferencia. En este artículo analizamos las claves para una transición eficiente de España al ciclo de liquidación T+1.

¿Qué es el ciclo de liquidación T+1?

El ciclo de liquidación representa el tiempo que transcurre desde que se ejecuta una operación financiera hasta que se completa su liquidación. Actualmente en Europa este plazo es de dos días hábiles (T+2). Con el nuevo estándar, ese plazo se reduce a solo un día hábil: T+1.

Esto implica que si una operación se realiza el lunes, debe liquidarse el martes, reduciendo de forma significativa el margen para confirmar operaciones, asignar contrapartes, procesar pagos y resolver incidencias.

¿Por qué es importante el cambio al nuevo ciclo de liquidación?

El cambio a T+1 no es solo una cuestión de velocidad: representa una oportunidad para ganar eficiencia, seguridad y competitividad. Países como Estados Unidos, Canadá y México ya lo han implementado con éxito, demostrando cómo una liquidación más rápida puede fortalecer la resiliencia de sus mercados financieros.

Los principales beneficios esperados son:

  • Reducción del riesgo de contraparte
  • Menor exposición a fallos de liquidación
  • Mayor eficiencia operativa
  • Más liquidez y dinamismo en los mercados

Sin embargo, estos beneficios solo se materializan si las entidades financieras adaptan sus sistemas y procesos a tiempo.

Un cambio estructural coordinado desde Europa

La European Securities and Markets Authority (ESMA) ha fijado el 11 de octubre de 2027 como fecha oficial para el inicio del ciclo de liquidación T+1 en Europa.

En España, BME (Bolsas y Mercados Españoles) y Deloitte, en colaboración con más de 50 entidades del ecosistema financiero, han liderado la creación del Playbook España T+1. Este documento constituye el punto de partida para una migración ordenada, y tiene como propósito central ayudar a las entidades españolas a comprender y prepararse para este cambio.

El estudio persigue cinco objetivos clave:

  1. Proporcionar una guía estructurada y práctica para la transición al nuevo ciclo de liquidación T+1.
  2. Analizar todo el ciclo de una operación, desde la ejecución (T) hasta la liquidación y conciliación (T+1).
  3. Identificar los principales impactos en procesos, tecnología y documentación derivados del paso de T+2 a T+1.
  4. Recoger lecciones aprendidas de la transición en EE. UU. y recomendaciones publicadas en la Unión Europea.
  5. Detallar las actividades clave para la adaptación interna: desde la identificación de gaps hasta la definición de requerimientos operativos y técnicos.

Las cuatro etapas clave para preparar la transición al ciclo de liquidación T+1

El Playbook España T+1 define cuatro etapas clave para guiar a las entidades en su proceso de adaptación:

  1. Análisis GAP. Las entidades deben identificar sus carencias frente al nuevo modelo. Esto incluye la evaluación de recursos y la definición de roles y responsabilidades.
  2. Definición de requisitos. Una vez identificado el GAP, es crucial definir los requisitos operativos y técnicos. Esto incluye establecer una hoja de ruta con soluciones estratégicas, responsables, dependencias y cronograma.
  3. Implementación. Durante esta fase, las entidades deben poner en marcha tanto las soluciones estratégicas como las soluciones tácticas temporales necesarias para adaptarse al nuevo ciclo T+1. Esto implica transformar procesos, sistemas y políticas internas para alinearlos con los nuevos plazos operativos.
  4. Testing. Finalmente, es esencial realizar pruebas operativas y regulatorias para asegurar que todos los sistemas y procesos funcionan correctamente. Esto incluye pruebas de sistemas IT y la identificación de incidencias.

¿Qué áreas se ven más impactadas por el T+1?

La transición al ciclo de liquidación T+1 representa un reto transversal que afecta a múltiples áreas del ecosistema financiero. Desde la ejecución de operaciones hasta la conciliación y el reporting, cada proceso se ve comprimido por la reducción de tiempos, lo que obliga a una revisión profunda de flujos, tecnología, coordinación y normativa. Estas son las principales áreas clave a tener en cuenta:

1. Trade Processing

El acortamiento del ciclo operativo exige una transformación integral en las fases de negociación, captura, compensación y liquidación. La automatización, la coordinación entre participantes y la disponibilidad en tiempo real de datos y fondos son elementos esenciales.

  • Trading (pre-trade execution)T+1 exige mayor preparación antes de ejecutar, con validaciones automáticas en tiempo real, integración entre sistemas y coordinación entre áreas. La gestión anticipada de liquidez, el pre-matching intradía y la calidad de los datos estáticos son esenciales para evitar errores y cumplir con los nuevos plazos.
  • Trade captureLas asignaciones y confirmaciones deben completarse el mismo día, en una ventana operativa muy reducida. Esto requiere eliminar procesos manuales, usar estándares como ISO 20022 y asegurar la calidad de datos desde el onboarding. Las asignaciones externas y los husos horarios añaden complejidad adicional.
  • Compensación. Los miembros compensadores deben validar y aceptar operaciones en un plazo máximo de 1-2 horas tras el cierre del mercado. La reducción de tiempos afecta directamente al neteo, conciliación y gestión de traspasos, siendo crítica para asegurar la entrada en el ciclo de liquidación del día siguiente.
  • Liquidación. Las instrucciones deben enviarse antes del ciclo nocturno de T2S, lo que obliga a automatizar el proceso completo. Se requieren estándares comunes, uso de funcionalidades como Hold & Release, y una fuerte dependencia de las fases anteriores. Cualquier retraso puede comprometer la liquidación en T+1.

2. Eventos corporativos

El ciclo T+1 acorta significativamente los plazos para gestionar registros de titularidad, market claims y buyer protection, lo que obliga a adaptar sistemas y procesos. El ex-date y el record date coincidirán, y se reducen los intervalos clave en reorganizaciones. Este nuevo marco incrementa el riesgo operativo y la carga de trabajo, especialmente en entornos aún manuales. Será esencial adoptar formatos estandarizados como los definidos en SCoRE e ISO 20022 para mantener la eficiencia y evitar errores.

3. Tesorería

La transición a T+1 impacta de forma directa en la gestión de tesorería, reduciendo drásticamente los márgenes para asegurar liquidez, cubrir divisas y movilizar colateral. Las entidades deberán anticiparse mejor, automatizar procesos clave y adaptar su operativa para responder con agilidad en un entorno de mayor exigencia temporal.

  • Gestión de liquidez. Con T+1, las entidades deben anticipar con mayor precisión sus necesidades de efectivo, ya que la liquidez debe estar disponible el mismo día de la operación. Esto requiere mejorar las previsiones, automatizar procesos y contar con acceso inmediato a financiación a corto plazo.
  • Consideraciones FX. La cobertura de divisa deberá ejecutarse en plazos más ajustados, lo que dificulta la operativa en monedas extranjeras, especialmente cuando intervienen distintos husos horarios. La coordinación entre áreas y la revisión de horarios de corte serán claves para evitar fallidos.
  • Securities Financing Transactions (SFTs). El nuevo ciclo reduce los tiempos para gestionar recalls y colateral, lo que puede generar tensiones operativas. Para adaptarse, será necesario automatizar tareas y recurrir con mayor frecuencia a soluciones como repos intradía o herramientas de financiación flexibles.

4. Asset management

El nuevo ciclo T+1 obliga a las gestoras a revisar su operativa para adaptarse a plazos más exigentes. Será clave enviar instrucciones en tiempo real, automatizar la conexión con depositarios y aprovechar herramientas como la liquidación parcial para optimizar la gestión de efectivo. También deberán reforzarse procesos de backoffice, conciliación y eventos corporativos, así como revisar la selección de intermediarios y, en algunos casos, actualizar la documentación precontractual.

5. Gestión documental

El cambio a T+1 convierte la gestión documental en un componente activo del proceso de liquidación. Las entidades deberán actualizar contratos, manuales operativos, políticas internas y acuerdos de nivel de servicio para reflejar los nuevos plazos y requisitos. La trazabilidad, el control de versiones y el cumplimiento normativo en tiempo real serán fundamentales. Además, será clave formar a los equipos implicados, revisar las comunicaciones internas y externas y asegurar que todos los cambios estén correctamente documentados y alineados con los nuevos estándares regulatorios.

¿Está tu organización preparada para dar el paso hacia T+1?

La entrada en vigor del ciclo T+1 en menos de dos años supone un desafío significativo, pero también una oportunidad para aquellas entidades que se anticipen, ya que podrán modernizar sus procesos, ganar eficiencia y reforzar su resiliencia operativa.

En Deloitte combinamos conocimiento regulatorio, capacidad tecnológica y experiencia en gestión del cambio para acompañar a las organizaciones en todo el proceso: desde la evaluación inicial hasta el despliegue operativo, incluyendo formación, testing y aseguramiento del cumplimiento normativo.

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