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La transformación del sector de la proteína animal hacia la circularidad

El sector de la proteína animal es el más relevante de la industria de alimentación y bebidas en España, actuando como un motor de crecimiento económico por sus niveles de facturación y aportación al PIB nacional. El informe "Transformación hacia la circularidad del sector porcino español", elaborado por Monitor Deloitte, analiza las claves para desarrollar la circularidad en el sector e impulsar su crecimiento y sostenibilidad.

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Transformación hacia la circularidad del sector porcino español

El informe de Monitor Deloitte "Future of Food: Proteína Animal", publicado en 2023, que analiza los retos y oportunidades del sector cárnico en España, anticipaba que la demanda global de alimentos ricos en proteínas animales (como carne, mariscos o huevos) aumentará significativamente en los próximos años, pasando de 700 millones de toneladas en 2011 a 1.000 millones de toneladas para 2030. Los productos que impulsan este crecimiento son las proteínas de origen cárnico, especialmente de origen avícola y porcino, manteniéndose como la principal fuente de proteína con un 30% del consumo a nivel global y es el sector más relevante dentro de la industria de alimentos y bebidas, representando el 24% de su facturación total en 2023 a nivel nacional.

El presente informe, titulado "Transformación hacia la circularidad del sector porcino español", ratifica el buen momento que vive el sector a nivel nacional: la proteína cárnica constituye la principal fuente de proteínas en la dieta de los consumidores españoles (39%) y ha ganado aún más relevancia dentro de la industria de alimentación y bebidas, alcanzando al 36% de su facturación total.

La facturación de los productos cárnicos ha ido evolucionando hasta superar los 42.000 millones de euros en 2023, lo que supone el 64 % del total de facturación del mercado de proteína animal, muy por delante de los lácteos (24 %) y el pescado (12 %). En consecuencia, esta industria se mantiene como un motor de crecimiento en términos de facturación (más del 82 % y de 19.000 millones de euros de crecimiento entre el año 2016 y el 2023) y de aportación al PIB nacional (3%).
 

La transformación hacia la circularidad

 

La circularidad es una palanca clave para impulsar el crecimiento del sector en un contexto de incertidumbre sobre el futuro del sector dadas las restricciones regulatorias y la competitividad a nivel internacional. Este cambio de enfoque no solo mejorará su imagen y reputación, sino que también transformará su cadena de valor, haciéndola más sostenible y competitiva al mismo tiempo. Además, el impulso de factores clave—como la innovación para crear productos de valor añadido, la expansión en mercados internacionales de mayor valor, la consolidación del sector como referente en bioseguridad, o el fortalecimiento del ecosistema alimentario español (Food Valley)—permitirá abordar los retos del sector e implementar una hoja de ruta de transformación que le ayude a afrontar escenarios futuros.

Para avanzar hacia la economía circular, es fundamental comprender la cadena de valor de la industria cárnica. En ella, se utilizan cinco inputs (agua —para la alimentación y procesado—, piensos, energía y otras proteínas de origen animal) con el fin de elaborar los productos cárnicos destinados al consumo humano. En este proceso, se generan un conjunto de outputs (residuos y subproductos) que hoy en día se recogen y se tratan de forma segura y se destinan a otras industrias donde se transforman y optimizan para maximizar su valor en función de la categoría de subproducto.

Las palancas clave para transformar el sector 


El informe identifica seis palancas de circularidad que surgen de un aprovechamiento que optimiza el valor económico, medioambiental y social de los outputs que produce la industria:

A partir de purín y otras materias primas orgánicas, se genera biometano mediante un proceso de digestión anaerobia, seguido de una fase de purificación conocida como upgrading. El resultado es la producción de biogás o biometano, que presentan un -173% de emisiones de GEI respecto al uso de gas natural.

A partir del digestato resultante del proceso anterior de biometanización, se mineraliza la materia orgánica resultante para obtener fertilizantes estabilizados que no emiten amoníaco. Un mayor uso de fertilizantes mineralizados, junto a otras opciones de fertilizantes orgánicos procesados, permitirían reducir entre un 40% y un 60% de las emisiones netas de la fertilización.

Mediante el renderizado y la purificación de grasas, huesos y otros restos animales, se producen diversos tipos de biocombustibles, como HVF y SAF, que también abaten emisiones (-70% respecto a combustibles fósiles como el diésel).

A través de procesos de aprovechamiento de subproductos que suponen una oportunidad de desarrollo a futuro y representa un mercado atractivo debido a las expectativas de desarrollo e interés de las grandes farmacéuticas. Existen ya hoy subproductos porcinos con diferentes niveles de desarrollo y madurez tecnológica que permiten su valorización con fines farmacéuticos.

Mediante la aplicación de iniciativas para la reducción del consumo y la reutilización en el ciclo del agua asociado a la cadena de producción porcina.

A través de la implementación de iniciativas de ahorro en el consumo y de autoabastecimiento energético.

La adopción de estas palancas de circularidad ofrece a la industria cárnica una oportunidad única para asumir un rol de liderazgo, maximizar la captura de valor y capitalizar los beneficios reputacionales.

La huella económica y medioambiental de esta transformación es muy relevante. Por ejemplo, solo en la cadena de valor del sector porcino, el value pool podría llegar hasta los 1.000 millones de euros y supondría una reducción potencial de emisiones de hasta 6Mt CO2eq y de huella hídrica de hasta 50hm3. Además, este impacto positivo revertiría de forma beneficiosa en ciertos elementos que lastran la reputación del sector, como el valor nutritivo de la carne, el bienestar animal o la seguridad alimentaria, entre otros.
 

Sostenibilidad, emprendimiento y bienestar social

 

El impulso de la circularidad en el sector cárnico puede generar un impacto positivo en la apuesta por la sostenibilidad, el fomento de las iniciativas empresariales en el entorno rural y la mejora del bienestar social.

Entre los factores de esta industria que impulsan la sostenibilidad, el estudio destaca:

  • El uso de recursos y el aprovechamiento de subproductos para una mayor eficiencia del sector.
  • La reducción de emisiones de GEI gracias a la generación de biogás y biocombustible.
  • La conservación de recursos hídricos, mejorando la resiliencia frente a sequías y protegiendo ecosistemas.
  • La reducción de las emisiones de amoníaco mediante la disminución drástica de la aplicación directa de purín en los campos, lo que también elimina su impacto contaminante en los acuíferos.
  • La mejora de las condiciones y productividad del suelo agrario con la aplicación de fertilizante orgánico enriquecido en nutrientes.

Respecto al desarrollo de los entornos rurales, la puesta en marcha de las seis palancas es un motor de generación de riqueza a través del desarrollo de nuevos negocios y el fortalecimiento de los existentes. Asimismo, el impulso económico y la modernización del sector se traducen en una mayor capacidad para atraer talento joven y para asegurar el relevo generacional y la fijación de población en el mundo rural.

Por último, el desarrollo de las palancas debe tener efectos positivos en el bienestar social, gracias al desarrollo de productos farmacéuticos destinados a mejorar la salud y calidad de vida, o a la reducción de olores procedentes de la actividad ganadera mediante la producción de biogás y fertilizantes que aseguren una gestión óptima del purín.

Esta hoja de ruta hacia la transformación solo podrá llevarse a cabo si se gestionan de forma adecuada algunos factores críticos por parte de las compañías que integran la cadena de valor sectorial. Entre ellos, los relativos a la inversión, ya que es necesario analizar las necesidades de financiación, el retorno y los riesgos que conlleva cada una de las palancas; el cierre de acuerdos y alianzas estratégicas con socios financieros e industriales críticos para el éxito; el apoyo regulatorio y de las Administraciones para facilitar la implementación de las palancas; y la identificación de regiones con mayor (o menor) potencial de desarrollo (económico, medioambiental y social) para cada palanca.

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