Carla Coghi, Presidenta del Consejo de Deloitte Spanish Latin America y Socia Líder de Operaciones Marketplace Centroamérica, Panamá y República Dominicana
La reunión de la junta directiva arroja luz verde para dar inicio al proyecto: una nueva operación en Costa Rica al amparo del Régimen de Zonas Francas. Pasa el tiempo y la empresa se convierte en testigo de su propia consolidación como fabricante o prestadora de servicios, las buenas noticias llegan a la alta gerencia, momento en donde se pregunta, ¿y si expandimos nuestra huella en Costa Rica diversificando la operación?
Muchas empresas del régimen han llegado a este escenario y dichosamente nuestro país ha entendido las necesidades cambiantes, y cada vez más frecuentes, de la economía global. Por esta razón, en la actualidad las empresas beneficiarias pueden optar, no solamente por dedicarse a la actividad inicial con la que se ingresó al Régimen de Zonas Francas, sino que también pueden volver sus ojos hacia otras categorías.
A finales del siglo pasado, las zonas francas en Costa Rica centraban su atención en la manufactura textil y algunos componentes electrónicos; pero en la actualidad existen múltiples categorías que van desde empresas administradoras de parque de Zonas Francas, compañías comercializadoras, de desarrollo científico, sin olvidar la categoría que vino a dar un impulso crucial a la economía y sociedad costarricense como lo es la de servicios. Esta diversidad de categorías permite a las beneficiarias expandir su presencia en el país, lo que a su vez conlleva también un aumento en la inversión y los niveles de empleo.
¿Cómo diversificar la operación?
El trámite para agregar una o más categorías, y al amparo de los incentivos, se presenta ante la Promotora del Comercio Exterior (Procomer) para su análisis y posterior recomendación al Poder Ejecutivo; una vez que se obtiene la aprobación, la empresa debe considerar las nuevas obligaciones y controles pertinentes con el fin de mantener su cumplimiento de zonas francas.
Al agregar categorías a la operación resulta inherente incrementar la cantidad de trabajadores, así como las herramientas e instalaciones para el nuevo trabajo que se va a desarrollar. Esta coyuntura también ofrece un buen ambiente para aplicar la renovación de los incentivos del régimen mediante el proceso 20 bis, el cual, precisamente, requiere de estos elementos mencionados para tener éxito.
Todos estos movimientos en conjunto permiten que el cumplimiento en zonas francas, lejos de representar una obligación pesada para la empresa, se convierta en una estrategia organizacional de alto nivel, permitiendo flexibilidad, adaptación y mutualismo entre el país y las empresas del régimen.
Este artículo se redactó en colaboración de Alberto Abad, Gerente de Impuestos y Servicios Legales.