La digitalización en el sector asegurador latinoamericano dejó de ser una tendencia para convertirse en una necesidad estratégica. En un contexto marcado por una baja penetración de seguros ─3% del PIB frente al 7% mundial─, alta informalidad y consumidores cada vez más digitales, las aseguradoras enfrentan el reto de reinventar su modelo de negocio para garantizar sostenibilidad y crecimiento.
Los consumidores exigen productos más accesibles, simples y personalizados, adaptados a sus necesidades y presupuesto, con coberturas claras, contratación inmediata y servicio 24/7. Para responder a estas demandas, las aseguradoras están adoptando plataformas tecnológicas, análisis avanzado de datos y alianzas estratégicas, creando así experiencias “a la medida” y canales de distribución más amplios.
Por otra parte, la digitalización está transformando la distribución de seguros: los agentes siguen siendo clave, pero hoy coexisten con bancos, retailers, canales digitales e insurtechs. En este sentido, más de 500 startups insurtech operan en Latinoamérica, principalmente en Brasil y México, integrándose con ecosistemas B2B2C y B4B2C para acercar seguros a segmentos tradicionalmente excluidos. Estas soluciones aprovechan APIs abiertas, machine learning y automatización, permitiendo que cualquier persona contrate un seguro desde su celular en minutos.
Otro pilar crítico es la eficiencia operativa. Reducir costos, acortar tiempos y optimizar procesos es esencial para enfrentar presiones y mantener la competitividad. Por ello, las aseguradoras están replanteando su cadena de valor para hacer más con menos, desde la cotización hasta el pago de siniestros.
Así, el futuro del seguro en Latinoamérica será más digital, más humano y conectado con la vida cotidiana, impulsando inclusión financiera y protección social. Esta transformación ya genera impactos concretos: crecimiento en primas, reducción de costos, mejora en la retención de clientes y expansión a nuevos mercados. Sin embargo, el avance es desigual y exige la articulación de esfuerzos entre reguladores, aseguradoras y startups para consolidar un modelo más ágil, resiliente y centrado en el cliente.