En el México actual, el consumo privado continúa siendo una de las principales palancas de crecimiento económico, y a la vez, un indicador para entender los retos que impone un entorno económico globalizado.
En los últimos meses, el comportamiento del consumidor se ha visto moldeado por diversos factores, desde la acelerada transformación digital y la preferencia por soluciones convenientes y sostenibles, hasta presiones macroeconómicas y crecientes tensiones comerciales. Hoy, factores como las medidas arancelarias, restricciones migratorias e incertidumbre política en la Unión Americana, no solo alteran flujos logísticos o decisiones de inversión, sino que impactan directamente el poder adquisitivo, la confianza y las prioridades de consumo de millones de familias mexicanas.
Ante este escenario, las empresas de retail han dejado de ver la omnicanalidad solo como iniciativa táctica: ahora es una respuesta estructural a un entorno más volátil. En paralelo, las medidas de defensa comercial, aunque bien intencionadas, pueden derivar en mayores costos para los consumidores. En este cruce de variables geopolíticas y decisiones de política económica, conviene preguntarse: ¿cómo afecta realmente los vaivenes de la relación bilateral al consumo cotidiano en México?
Si deseas profundizar sobre el comportamiento actual del consumo privado, las dinámicas de transformación del retail y el impacto potencial de la tensión comercial México-EE. UU., te invitamos a consultar el siguiente enlace: Consumo y política comercial: ¿cómo la relación bilateral moldea el gasto de los hogares?