En la actualidad, el desarrollo tecnológico en el sector automotriz se centra en las características y capacidades para la automatización y mantenimiento remoto continuo de los vehículos. En este contexto, la tecnología 'Software-Defined Vehicle' ('SDV') es el horizonte de la telemática hacia el cual los desarrolladores de autos están mirando, pero ¿qué es exactamente esta tecnología y cuáles son los retos para su desarrollo?
En entrevista con Alberto Torrijos, Socio Líder de la Industria Automotriz en Deloitte Spanish Latin America.
Ciudad de México, a 16 de abril de 2025.
El acelerado progreso tecnológico se ha convertido en un elemento fundamental para la generación de herramientas más novedosas y sostenibles, en todas las industrias alrededor del mundo. El sector automotriz, en específico, es una industria caracterizada por una rápida evolución tecnológica que permite fabricar autos cada vez más sofisticados.
Un ejemplo de esta sofisticación es el reciente desarrollo de la tecnología Software-Defined Vehicle (SDV) o, en español, Vehículo Definido por Software. En principio, esta tecnología fue diseñada para facilitar la experiencia del usuario, sin embargo, también ha permitido que el sector automotriz figure como ejemplo de disrupción tecnológica.
SDV puede definirse, en términos operativos, como aquella tecnología “donde el software actúa como el cerebro del vehículo al (1) habilitar funciones mejoradas y (2) contener información crítica, como parámetros de diseño, análisis de eventos de modo de fallo, procedimientos de corrección de calidad y procesos de fabricación”[1].
Más allá de eso, SDV representa todo un concepto nuevo de la telemática (es decir, del campo que une el uso de las telecomunicaciones y la informática), que está revolucionando la manera de planear el diseño de los vehículos; de generar estándares de desarrollo; y, de reestructurar las organizaciones, con el objetivo de formar áreas de desarrollo de software e innovación.
Incluso, como parte de este nuevo paradigma, algunas firmas ya están instalando sus propios centros de Investigación y Desarrollo (Research and Development), dentro de sus organizaciones. También han comenzado a invertir en talento especializado, y, además, las grandes marcas automotrices, en conjunto con otras grandes empresas de software y de tecnologías de Nube, están formando alianzas para desarrollar soluciones que transformen la manera de construir vehículos, con el objetivo de volverlos más eficientes en cuanto a costo y recolección de la información.
Aunque esta tecnología se puede aplicar en autos de combustión interna, SDV está dirigida principalmente a aquellos que se basan en energías limpias y que permitan ser más eficientes en cuanto al costo de producción del vehículo. ¿A qué nos referimos? A que la tecnología SDV se aplica más en vehículos eléctricos e híbridos, los cuales requieren un menor número de componentes para su ensamblaje y, por lo tanto, tienen un menor costo de fabricación.
Un vehículo híbrido o uno eléctrico en su totalidad reducen hasta en 50% el número de componentes empleados para su fabricación[2]. En cambio, cuentan con mayor nivel de conectividad y de tecnología, lo que hace óptimo un vehículo basado en energías limpias y software.
La tecnología 'SDV' se aplica más en vehículos eléctricos e híbridos, los
cuales requieren un menor número de componentes para su ensamblaje y, por lo tanto, tienen un menor costo de fabricación.
Lo que se busca con SDV es el máximo aprovechamiento de todos los componentes que se desarrollan o monitorean mediante sensores: llantas, frenos, cables, arneses, etcétera. Toda la tecnología automotriz interna está evolucionando a tecnologías con sensorización, las cuales captan datos que permiten anticipar o predecir eventos de mantenimiento, arreglos o incluso fallas.
Las actualizaciones y soporte en línea se hacen mediante la tecnología Over-The-Air (OTA), la cual “permite comunicar, reconfigurar y gestionar los dispositivos y las SIM, sin tener que acceder físicamente a ellos”[3]. De acuerdo con los componentes con los que cuente cada auto, será el nivel de intervención que podría requerir, y la red más básica para actualizar estos servicios es la 4G[4].
Por otro lado, el desarrollo de software no solo depende de las alianzas empresariales y del desarrollo de herramientas tecnológicas, sino que también está sujeto a regulaciones, principalmente orientadas a temas de seguridad. Todo lo que es safety (seguridad) en un vehículo, es la norma más importante que se debe cumplir, ya que una cosa es el vehículo per se, que es el beneficiario de todo este tipo de tecnología, pero, por otro lado, se necesita toda una infraestructura alineada que ayude a que el software cumpla con regulaciones, es decir, que cumpla con todos los indicadores y parámetros de custom optimization (optimización personalizada).
Al final, hay que recordar que la tecnología SDV también avanza de la mano con las tendencias de movilidad, las cuales se centran en cinco pilares:
Todo esto contribuye a que los usuarios tengan una mejor experiencia en el manejo y en el mantenimiento de sus vehículos.
Como todo esquema de soluciones de software, el tema de protección de datos personales y de ciberseguridad, son dos aspectos fundamentales que, sin duda, deben atenderse para el desarrollo de SDV. Una de las preocupaciones más frecuentes es el tema del riesgo de robo de la información del consumidor, por lo que el desarrollo de software debe tener implícito el cuidado de la información de los usuarios y de los sistemas, que pueden ser atacados por agentes externos.
En este sentido, la norma ISO/SAE 21434:2021 es la primera norma internacional, a nivel global, que aborda el tema de la ciberseguridad en el sector automotriz. Esta norma tiene como objetivo reducir el riesgo de ciberataques a través de la implementación de ciberseguridad en los vehículos durante su vida útil. En ella, se especifican los requisitos de ingeniería para la gestión de ciberseguridad, desde el concepto, desarrollo del producto, producción, funcionamiento y mantenimiento, hasta el desmantelamiento de sistemas eléctricos y electrónicos de serie en vehículos de carretera[5].
Además de la ciberseguridad, existen otros riesgos como: la falta de compatibilidad o la estandarización entre dispositivos y/o tecnologías; el control financiero en las empresas; la falta de capacidades para brindar un buen mantenimiento o servicio con el grado de especialización que requiere el desarrollo de este tipo de vehículos (por lo cual también es necesaria la inversión en agentes especializados en este terreno). Por último, aún existen muchos países que se encuentran en la etapa de desarrollo en materia de infraestructura para las estaciones de carga de este tipo de vehículos, y el avance puede tomar años para que su uso se estandarice.
Pero, a pesar de estos desafíos para SDV y para su implementación en el sector automotriz, se prevé que, en 2034, habrá una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) de 35% en los ingresos relacionados con el software automotriz[6], por lo que este mercado seguirá creciendo y será el estándar hacia donde apuntarán los desarrolladores a futuro.
Y también, a pesar de que estén pendientes de definir ciertas normas y que la infraestructura aún no sea la suficiente para su óptima implementación, la disrupción tecnológica que está teniendo el sector automotriz en estos momentos es, sin duda, un parteaguas para el futuro de la movilidad. Dicho avance está modificando la manera en la que se conciben los vehículos, que han dejado de ser solo un medio de transporte, para convertirse, sobre todo, en una experiencia única para los usuarios.
[1] Deloitte, Software-defined vehicles: Engineering the mobility revolution, septiembre de 2023.
[2] AutoBild, “Esta es la diferencia en número de piezas de un coche eléctrico y uno de combustión”.
[3] Wireless Logic, “What is OTA?”.
[4] IDTechEx, “Software-Defined Vehicles, Connected Cars, and AI in Cars 2024-2034: Markets, Trends, and Forecasts”.
[5] SGS, “ISO/SAE 21434 Certification – Road Vehicles Cybersecurity Engineering”.
[6] Ibidem 2.