Mientras la industria relojera suiza reflexiona sobre su legado, también atraviesa uno de sus períodos más complejos de los últimos tiempos. La demanda sigue siendo frágil, los aranceles han generado nueva incertidumbre y la sensibilidad a los precios está aumentando. La resiliencia de la industria relojera suiza se pone a prueba una vez más, no por un solo impacto, sino por la lenta acumulación de presión.
Esta undécima edición del Estudio de la Industria Relojera Suiza de Deloitte se basa en una encuesta en línea a 111 altos ejecutivos de la industria, entrevistas con expertos del sector y una encuesta en línea a 6,500 consumidores del mercado suizo y de los principales mercados de exportación de relojes suizos: China, Francia, Alemania, Hong Kong, India, Italia, Japón, Singapur, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido y Estados Unidos. Este año también encuestamos a consumidores en México y hemos incluido una sección específica sobre este mercado en crecimiento.
El 43% de los ejecutivos del sector tienen una visión negativa de sus principales mercados de exportación, en comparación con solo el 23% que la ve con optimismo. Los subcontratistas, a menudo el sistema de alerta temprana del sector, informan de recortes en la inversión y una mayor dependencia del trabajo a corto plazo. Aun así, el 61% planea priorizar la introducción de nuevos productos el próximo año; una señal de que la innovación y la I+D siguen siendo una prioridad.
El uso de la IA está evolucionando. Si bien la creación de contenido y las mejoras en la eficiencia siguen siendo comunes, las marcas están comenzando a experimentar con mayor audacia. Casi un tercio (29%) planea usar IA para respaldar el desarrollo creativo de productos, frente al 20% en 2023.
Dos tercios de las marcas y minoristas informan que los canales en línea representan alrededor del 10% de sus ventas, mientras que el 16% aún vende exclusivamente en tiendas físicas. De cara al futuro, la mayoría de los ejecutivos prevén que las tiendas físicas seguirán siendo el canal dominante durante los próximos cinco años.
Mientras que el 41% de los ejecutivos planea abrir una nueva tienda monomarca o insignia en los próximos 12 meses, los consumidores se inclinan por el otro lado: el 38% dice que prefiere las tiendas multimarca, en comparación con solo el 23% que favorece las boutiques monomarca.
La disposición a comprar es igual de fuerte entre hombres y mujeres, lo que indica que la demanda ya no se basa únicamente en los coleccionistas masculinos. De cara al futuro, el mayor potencial de crecimiento reside en las compradoras y la Generación Z, quienes están llamadas a definir el futuro de la industria relojera.
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Algunos de los temas tratados en el documento incluyen:
La preocupación por el clima económico general se refleja claramente en los riesgos identificados por los ejecutivos del sector para los próximos 12 meses. En primer lugar, se encuentra la continua fortaleza del franco suizo, que desde hace tiempo ha planteado desafíos a los exportadores, seguida del debilitamiento de la demanda mundial. En la propia Suiza, la apreciación del franco está teniendo un impacto. Antes, comprar relojes en Suiza era atractivo para los turistas gracias a las devoluciones del IVA, pero el tipo de cambio está erosionando esta ventaja.
En cuanto a la motivación para comprar un reloj, los resultados de nuestra encuesta global de consumidores indican que el 72% de los encuestados planea comprar un reloj tradicional en los próximos 12 meses para uso personal. En cuanto a las diferencias entre grupos de edad, los baby boomers se interesan claramente más por el uso funcional: el 42% quiere un reloj para saber la hora, en comparación con el 26% general. En cambio, solo el 7% de esta generación compraría un reloj para verse bien, algo mucho más importante para el resto de los encuestados, con un 17% en total que elige esta opción. Para los millennials, saber la hora es tan importante como verse bien (20%), y ambos se sitúan ligeramente por debajo de la autocomplacencia (23%).
En cuanto al tipo de reloj que se usa principalmente, los relojes inteligentes tienen una mayor presencia en México que en la mayoría de los mercados: el 38% de los consumidores afirma usar uno, en comparación con el promedio mundial del 30%. Otro 25% usa tanto relojes inteligentes como tradicionales, mientras que el 19% usa relojes puramente tradicionales, una proporción inferior al promedio mundial del 26%. Sin embargo, al preguntarles sobre sus intenciones, los mexicanos se muestran más inclinados que el promedio a comprar un reloj tradicional el próximo año (62% frente al 54%), mientras que las compras de relojes inteligentes también son significativamente mayores que el promedio mundial (69% frente al 53%).