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Implicancias fiscales en un mundo de movilidad

Hacer Empresa | Deloitte Uruguay

A partir de la publicación de Deloitte titulada “The Future of Work – Tax in a world of mobility”, me pareció de interés comentar algunos de los puntos que allí se abordan, vinculados a los desafíos fiscales significativos que empresas y gobiernos enfrentan debido a la evolución del trabajo remoto.

Para ponernos en contexto, el artículo revela que la evolución de las prácticas laborales móviles plantea desafíos fiscales significativos. Mientras que la gestión de la “movilidad tradicional”, como las asignaciones internacionales a corto y largo plazo, está bien establecida, el auge de la “movilidad no tradicional”, incluido el trabajo internacional a distancia, añade una complejidad transfronteriza adicional.

Principales preocupaciones

Cuando la Encuesta sobre Política Fiscal Global 2024 de Deloitte pregunta sobre trabajo remoto, los encuestados destacan preocupaciones significativas en relación con diversos tipos de impuestos: corporativos, ingresos de los empleados, contribuciones a la seguridad social e impuestos indirectos. Para los gobiernos, la transformación en las modalidades de trabajo y la creciente movilidad laboral complican la administración fiscal y agravan desafíos existentes como la escasez de mano de obra cualificada, las presiones competitivas y los problemas relacionados con la inmigración.

En este sentido, hay cuatro temas que están impactando el futuro de la política fiscal en el contexto de la movilidad laboral: políticas de atracción, políticas de estímulo, desafíos fiscales corporativos y desafíos fiscales individuales. Todos resaltan la necesidad de colaboración entre empresas y gobiernos para adaptarse eficazmente al nuevo entorno fiscal global y asegurar un manejo adecuado de las nuevas prácticas laborales.

Hay cuatro temas que están impactando el futuro de la política fiscal en el contexto de la movilidad laboral: políticas de atracción, políticas de estímulo, desafíos fiscales corporativos y desafíos fiscales individuales.

Políticas de atracción

El desajuste entre la oferta y la demanda en el mercado laboral global, manifestado en la escasez de mano de obra calificada, llevó a los gobiernos a desarrollar incentivos fiscales específicos para atraer a estos trabajadores.

Países como Portugal y Luxemburgo implementaron tasas reducidas y créditos fiscales para atraer talento calificado. Croacia propone exonerar de impuesto a la renta a los ciudadanos que regresen tras vivir en el extranjero por al menos dos años.

Además de estos ejemplos, otros países están considerando diversas formas de incentivos fiscales para atraer talento. Entre ellos, nuestro país estableció mediante la Ley n.o 20.191 un régimen fiscal especial para fomentar la radicación de técnicos y profesionales del sector de tecnologías de la información. Mediante esta modalidad se ofrece una tributación a la renta beneficiosa y la exoneración de aportes a la seguridad social para aquellos que se instalen en Uruguay para trabajar en esta industria.

Este tipo de políticas no solo atrae a los profesionales necesarios, sino que también fomenta el crecimiento económico y la innovación dentro de los países.

Desafíos fiscales corporativos

El aumento de la movilidad y el trabajo a distancia plantea retos para definir un “establecimiento permanente”. En la era industrial, esto se resolvía con establecimientos físicos, pero en la era digital las formas de trabajo no se ajustan fácilmente a las categorías existentes. No hay una única norma aceptada sobre cuánto tiempo puede trabajar alguien en una jurisdicción antes de que se configure dicho establecimiento.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) está trabajando en un proyecto para clarificar estas normas, que incluirá comentarios, ejemplos y posiblemente exclusiones. La falta de claridad en estas áreas puede llevar a una situación de doble tributación y a una carga administrativa significativa para las empresas que operan en múltiples jurisdicciones.

Un ejemplo de esta complejidad se produce cuando un empleado trabaja de forma remota desde un país diferente al de su empleador por un período prolongado, lo que puede generar obligaciones fiscales tanto para el empleado como para la empresa. Para gestionar estas situaciones, las empresas deben contar con una planificación fiscal adecuada y utilizar acuerdos internacionales cuando sea posible.

Fiscalidad individual

Para los trabajadores remotos, la cuestión fundamental es determinar qué jurisdicción tiene la potestad tributaria de recaudar impuestos sobre sus ingresos laborales y cuáles son los requisitos de cumplimiento asociados. En cuanto al trabajo remoto internacional temporal, el tratamiento fiscal y previsional de los trabajadores varía según la duración del periodo de trabajo a distancia.

Para los trabajadores remotos, la cuestión fundamental es determinar qué jurisdicción tiene la potestad tributaria de recaudar impuestos sobre sus ingresos laborales y cuáles son los requisitos de cumplimiento asociados.

Para algunas jurisdicciones, el desafío es atraer a personas que trabajarán de forma remota desde su país para empleadores en otro país. Esto dio lugar al crecimiento de las “Visas para Nómadas Digitales” en más de 45 países. Estas visas permiten a los trabajadores remotos vivir y trabajar desde un país sin estar sujetos a la normativa fiscal local, siempre y cuando sigan pagando impuestos en su país de origen.

Además, algunos países están implementando políticas fiscales que buscan facilitar el trabajo remoto internacional al reducir las barreras burocráticas y fiscales, lo que también atrae inversiones y talento global.

Conclusión

La rápida evolución del trabajo remoto internacional superó la capacidad de los sistemas fiscales, aumentando los costos y las cargas administrativas para las empresas. Estas deben adoptar estrategias proactivas con relación al análisis de su situación particular, los tipos de vínculos laborales que manejan y, en base a ello, evaluar las necesidades de corregir algunos aspectos para mitigar los riesgos asociados en los que puedan estar incurriendo involuntariamente.

Las empresas y los gobiernos deben participar en un proceso colaborativo para el desarrollo de políticas fiscales, considerando su impacto en la estrategia de talento y ofreciendo claridad sobre obligaciones fiscales. A su vez, los gobiernos deben crear marcos fiscales justos que fomenten la innovación y competitividad. Invertir en tecnología que facilite la gestión de la movilidad laboral y el cumplimiento fiscal es crucial para simplificar procesos y mejorar la transparencia.

Se impone la necesidad de adaptarse constantemente y la colaboración entre las partes interesadas para abordar los desafíos fiscales que surgen con la evolución de las relaciones laborales remotas. Solo a través de un enfoque proactivo y colaborativo se podrá navegar exitosamente por este complejo panorama y aprovechar las oportunidades que estas modalidades de trabajo presentan a nivel global.