El agua es un recurso fundamental para la vida, desempeñando un papel esencial en el bienestar humano, la salud de los ecosistemas, la producción de alimentos, y la actividad económica e industrial. Este enfoque debe orientarse hacia un desarrollo sostenible, considerando un horizonte temporal de largo plazo para mitigar los problemas ambientales, sociales y económicos actuales.
En Chile, el notable crecimiento poblacional y el aumento de la actividad industrial y agrícola han incrementado la demanda de agua, recurso fundamental para el desarrollo nacional. Sin embargo, el país enfrenta una grave crisis en la gestión de sus recursos hídricos debido a la disminución de las precipitaciones en las últimas décadas, lo que reduce la disponibilidad de agua dulce y agrava la desertificación, especialmente en la zona centro-norte.
Esta escasez de agua no solo afecta al medio ambiente y la biodiversidad, sino que también tiene importantes consecuencias económicas, ya que los principales sectores productivos dependen del agua, haciendo que la crisis hídrica impacte transversalmente a toda la economía del país.
Desde nuestra perspectiva, la gestión del agua en Chile debe incorporar ciertos componentes clave para asegurar una administración eficiente, sostenible y con visión de futuro.
Estos componentes son:
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