Future food: Proteína animal

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Future of Food: Proteína animal

Retos y oportunidades para el sector cárnico español

El consumo de proteínas animales continuará creciendo en los próximos años, aunque a un menor ritmo que el experimentado hasta la fecha y fundamentalmente impulsado por el aumento de la demanda en Asia, Latinoamérica y África, contrastando con el estancamiento que se espera en Europa. El sector cárnico español, referente productor y exportador en Europa y con una gran y creciente relevancia estratégica y económica a nivel nacional, deberá transformarse para mantener su competitividad y robustecer su modelo exportador y de innovación a futuro ante los retos a los que se enfrenta.

El informe Future of Food: Proteína animal, retos y oportunidades para el sector cárnico español, elaborado por Monitor Deloitte, analiza la relevancia de la industria a nivel nacional, los retos a los que se enfrenta y propone una hoja de ruta en torno a siete palancas para mejorar su competitividad en los próximos años.

Future of Food: Proteína animal

¿Cuál es la relevancia estratégica de la proteína animal para la economía y el consumidor en España?

El consumo de alimentos ricos en proteínas animales (entre los que encontramos la carne, el pescado y marisco, huevos…etc) aumentará en los próximos años de manera significativa. Los datos muestran que, mientras en 2011 la demanda de estos productos a nivel mundial alcanzaba los 700 millones de toneladas, las estimaciones para 2030 ascienden hasta los 1.000 millones de toneladas.

Esta tendencia al alza del consumo de alimentos ricos en proteínas está liderada principalmente por los productos de la industria de proteína cárnica (avícola y porcina, particularmente), lo que demuestra la relevancia de este sector en la dieta de la sociedad y la importancia que tendrá en los próximos años.

No obstante, el auge del consumo de proteína cárnica varía considerablemente en función de la región: se espera que el mercado asiático aumente hasta concentrar para 2030 el 48% del consumo mundial, mientras que el consumo en el mercado europeo se verá reducido, pasando de un 20% en 2010 a un 16% para el final de la década.

En lo que respecta al mercado nacional, el sector de la proteína animal ha mostrado ser un motor de crecimiento dentro de la industria de Alimentación y Bebidas (IAB), representando un 24% del total de la facturación y un 3,8% del PIB de España.

En concreto, la carne y los productos cárnicos se posicionan como la principal fuente de proteína animal en la dieta de los consumidores españoles, representado de media un 39% del total de las proteínas consumidas en 2020. Para poder atender a esta demanda de forma segura, España cuenta con un modelo productivo que garantiza la sostenibilidad y la autonomía alimentaria.

El sector cárnico nacional se ha consolidado desde 2010, pasando de facturar 19.000 millones de euros hasta alcanzar cerca de 34.000 millones de euros en 2022, con una configuración en la que prima el sector porcino, que supone un 63% de la facturación y reúne un 71% de las industrias cárnicas. Asimismo, el mapa empresarial del sector ha evolucionado desde estar conformado por mayoritariamente Pymes (49% compañías de < 100M€) hacia un conjunto de campeones nacionales (+50% de la facturación concentrada en compañías con ingresos superiores a 500M€ anuales).

Esta evolución que ha experimentado en los últimos años el sector español ha permitido posicionar a España como líder europeo en producción de carne de cerdo (tercero a nivel mundial por detrás de China y EE.UU.) y líder a nivel mundial en exportaciones por volumen.

 

¿Por qué ahora es el momento de transformar el sector cárnico español?

El crecimiento logrado en los últimos años no está garantizado a futuro debido a los retos a los que se enfrenta el sector, que debe transformarse para mantener su competitividad en el medio y largo plazo. Los tres retos más críticos que identifica el informe son:

1. Aumento de la exigencia regulatoria en bienestar animal, sostenibilidad y antibióticos
  • La potencial regulación europea (aún en desarrollo y prevista para la segunda parte del 2023) previsiblemente contendrá medidas más restrictivas en materia de:
    • Bienestar animal, por el aumento de superficie en parideras, la disposición de suelos totalmente emparrillados, el aumento de espacios por animal y la prohibición del corte de colas, entre otros aspectos
    • Reducción de emisiones industriales de las granjas, a través de la obligación de aplicación de todas las MTDs (Mejoras Técnicas Disponibles)
  • Esto se trasladará en un fuerte impacto económico en las explotaciones derivado de la necesidad de acometer inversiones para adaptar las instalaciones de las granjas y en un aumento de los costes de producción.
  • Adicionalmente, el objetivo de reducción en un 50% el consumo de antibióticos en 2030 marcado por la UE podría afectar a la rentabilidad de las explotaciones por aumento de mortandad en cría y engorde, debiendo encontrar los ganaderos un nuevo umbral de rentabilidad entre consumo de menos antibióticos y nivel de productividad.
2. Alto nivel de competitividad de otros grandes mercados productores internacionales
  • La inflación en los productos cárnicos como consecuencia del incremento de costes ganaderos supone un gran golpe para la industria y su competitividad. 
  • La reducción de las exportaciones a China, con una caída de sus importaciones como consecuencia de la recuperación de su cabaña tras el impacto de la Peste Porcina Africana.
  • El auge de exportaciones de otros mercados productores altamente competitivos, como Estados Unidos o Brasil.
  • El aumento de la competitividad proveniente de países de Europa del Este con foco en productos avícolas y porcinos.
  • El proteccionismo local en países de la UE (e.g. sello de origen de producto nacional) puede generar interrupciones en la entrada de carne de otros países comunitarios.
3. Descenso en el consumo de productos de base cárnica a nivel nacional
  • Estancamiento o descenso del consumo cárnico per cápita en mercados con gran penetración española (UE).
  • El aumento de la MDD (Marca de Distribuidor) que tensiona los márgenes sectoriales, comprometiendo inversión e innovación.
  • El cambio en las tendencias y hábitos de consumo apuntan a una mayor concienciación sobre la sostenibilidad, la salud y la conveniencia de los productos (incremento de la demanda de soluciones ready-to-cook, ready-to-eat…).

¿Cuáles serían las palancas clave de transformación del sector español?

El informe plantea una hoja de ruta en torno a siete palancas para guiar la transformación del sector y afrontar con éxito los retos analizados.

La proteína cárnica debe mejorar su imagen y reputación apalancando los beneficios y aportes nutricionales del consumo de carne y los elevados estándares de bienestar animal del sector en España.

El contenido a divulgar debe estar basado en información objetiva sobre el valor biológico y nutritivo de la proteína cárnica, recomendaciones de profesionales científicos, sanitarios y nutricionistas, así como en iniciativas que certifiquen las máximas garantías en materia de bienestar animal y seguridad alimentaria. Productores, hosteleros y consumidores deben ser la audiencia de estos mensajes.

Por otro lado, es necesario activar un plan de divulgación que ponga en valor los beneficios que la actividad ganadera e industrial del sector cárnico aporta a los municipios y las comarcas del entorno rural donde se implanta: retención de población en el medio rural, riqueza económica e industrial, generación de empleo, incorporación de la mujer al trabajo, etc.

La regulación europea en desarrollo en materia de bienestar animal y emisiones puede impactar a medio plazo en una reducción de la cabaña porcina, agravando la decreciente evolución de las explotaciones de la industria desde 2012 y pudiendo llegar a provocar tensiones en el suministro de la cadena de valor en los próximos años. Ante esto, resulta clave acelerar la concesión de licencias para granjas nuevas o la rehabilitación de las actuales de modo que el modelo de explotación español potencie su consolidación hacia granjas de mayor tamaño para encontrar el equilibrio en rentabilidad.

Por otro lado, hay que tener en cuenta la necesidad de talento cualificado de la industria, que se encuentra en pleno relevo generacional, enfrentándose a un déficit de perfil cualificado para las actividades actuales demandadas en las explotaciones. Atraer y capacitar personal pasará por la mejora de condiciones laborales, la consolidación de explotaciones de mayor tamaño, la mejora de la reputación y la digitalización del sector, así como de un plan de capacitación y formación para los empleados.

Existe un gran potencial de desarrollo e innovación en la industria, que debe centrarse en desarrollar nuevos productos alineados con las nuevas tendencias como el ready-to-eat, ready-to-cook y los hábitos de consumos sostenibles. Por ejemplo, los productos de cerdo tienen buenas opciones en el segmento de snacking o en soluciones preparadas, pero menos en materia de sostenibilidad, donde tienen más ventanas de oportunidad los productos vacunos, de pavo y pollo.

Por otro lado, hay un elevado consenso sobre el potencial futuro de la proteína animal sintética; se espera que para 2035 las proteínas alternativas representen un 13% del consumo total de proteínas. No obstante, al tratarse de un producto incipiente, todavía hay que evaluar el plazo temporal en el que serán competitivas en coste, textura y calidad.

El sector español muestra un posicionamiento competitivo, sobre todo entre 2018 y 2020 cuando la importación de carne por parte de China se incrementó notablemente, alcanzando hasta el 21% de la cuota de carne de cerdo que entró en el país asiático en 2020 (1,4 millones de toneladas). Este aumento en las importaciones estuvo motivado principalmente por la irrupción de la peste porcina africana (PPA) en China.

No obstante, con la estabilización de su cabaña porcina entre 2020 y 2021, las importaciones chinas se han reducido ya un 50% (700 mil toneladas desde España en 2022) y podrían continuar descendiendo hasta niveles pre-PPA. En este escenario, pueden existir riesgos de nuevos brotes, lo que impulsaría nuevamente las importaciones desde ese país y los precios de la carne a nivel internacional de forma previsiblemente transitoria, para lo que España debe estar preparada.

En este contexto, es clave limitar la dependencia del mercado chino y aumentar las exportaciones a otros destinos de valor (e.g. Japón, Corea, Australia) o con una alta cuota accesible dado el nivel de competitividad de las exportaciones españolas. España debe aprovechar su posicionamiento competitivo en costes de producción, en calidad de producto y seguridad alimentaria y en nivel de transparencia y sostenibilidad para poder capturar cuota en otros mercados e impulsar el peso en el mix de exportaciones de los productos elaborados cárnicos, apalancando y potenciando el surtido y la calidad de nuestros elaborados y la flexibilidad de la industria de elaborados española.

Adicionalmente, las previsibles limitaciones de disponibilidad ganadera pueden abrir oportunidades para que los players cárnicos españoles miren al exterior no sólo para reforzar su presencia internacional, no sólo a través de exportaciones, sino con la implantación de instalaciones industriales propias en otras geografías. Existen algunos ejemplos de compañías que han realizado en los últimos años este tipo de inversiones, tanto en EE.UU. como en algunos países de Latinoamérica (e.g. Brasil, México, Colombia).

El impulso de la economía circular debe convertirse en una pieza fundamental de la hoja de ruta estratégica del sector. El aprovechamiento de subproductos de ganadería en zonas de alta densidad de difícil valorización agronómica tiene un alto potencial para la producción de fertilizantes orgánicos y de biogás; asimismo el aprovechamiento de subproductos de la industria cárnica permite revalorizarlos para su uso como alimento o su transformación en productos para otras industrias, entre ellos, la producción de piensos para animales y mascotas, la producción de biocombustibles, o para la industria farmacéutica y dermo-cosmética. De este modo, pueden suponer además de una fuente adicional de ingresos para el sector, una oportunidad de mejora de la reputación sectorial al regenerar valor cuidando el medioambiente y la salud de las personas invirtiendo en la industria circular.

Hoy existen tecnologías probadas para impulsar estas iniciativas de circularidad de subproductos en la cadena de valor cárnica, por ejemplo para la valorización de purines o de subproductos de matadero, y se abre una ventana de oportunidad excelente en los próximos años, dado el impulso de la demanda, los objetivos regulatorios y los planes de desarrollo de la producción de energías renovables, como el biogás o los biocombustibles, para acelerar el desarrollo de esta palanca a través de inversiones privadas e incentivos públicos a las mismas.

Los brotes de Peste Porcina Africana (PPA) se posicionan como uno de los riesgos clave para el sector porcino en España a corto y medio plazo. El número de países de la UE con focos de esta enfermedad no ha parado de crecer desde 2014, cuando se identificó el contagio por primera vez. Si bien parece remitir el número de focos detectados (reducción del 46% en 2022 vs 2021), ya son hasta 13 países donde se han detectado focos de PPA en jabalíes silvestres y/o cerdos domésticos entre 2014 y 2022.

Una de las principales palancas para la transformación del sector porcino español pasa por consolidar a nuestro país como referente de bioseguridad, mediante el refuerzo de medidas preventivas y correctivas contra la potencial entrada de la PPA y el impulso de acuerdos de regionalización con los países de destino de nuestros productos (en concreto, con China). Asimismo, es clave la inversión para el desarrollo de la vacuna contra esta enfermedad.

El impulso de un ecosistema que posicione el sector agroalimentario español como referente europeo en competitividad, resiliencia, sostenibilidad, trazabilidad y seguridad alimentaria, debe tener en cuenta los cinco activos diferenciales de la industria:

  • Amplia red exportadora: España es el #1 en importaciones de carne de porcino en el país de mayor consumo mundial (China), el #3 mundial en producción de productos porcinos y #1 mundo en exportaciones y dispone de una competitiva red de infraestructuras de transporte
  • Industria eficiente y moderna, dado el elevado nivel de reinversión de los beneficios de las compañías en su modernización tecnológica y su gran solvencia económica y financiera (c.70% de la industria cárnica porcina es autosuficiente, sin necesidad de financiación y subvenciones públicas)
  • Inversión en Foodtech y Agtech: España se posiciona el #5 ecosistema foodtech con más inversión en Europa (tras Alemania, UK, Francia y Holanda)
  • Referente global en bienestar animal y bioseguridad, con granjas modernas equipadas con tecnología y altos estándares de bienestar animal, sistemas de medición de emisiones y políticas de bioseguridad diferenciales
  • Gama de elaborados únicos y con alto valor gastronómico, con ejemplos como el jamón serrano, los curados naturales o el cerdo ibérico

Para que estos activos puedan explotarse de forma significativa, debe convertirse al sector cárnico en una prioridad nacional y aumentar la competitividad en su modelo operativo, sustentado en 6 aceleradores para su transformación:

  • Lograr un apoyo institucional sólido y explicito que contribuya a la mejora de la reputación del sector cárnico
  • Posicionar al sector financiero como catalizador de la transformación sectorial
  • Promover un marco regulatorio simplificado y favorable al sector cárnico que permita acelerar la necesaria transformación de la cadena de valor
  • Favorecer una mayor cohesión e integración de los stakeholders del sector que promueva la consolidación de compañías de mayor dimensión e impulse el desarrollo de plataformas y ecosistemas de colaboración como eje de cohesión
  • Unificar y cohesionar el desarrollo de talento con una visión más integrada del futuro del trabajo que garantice el relevo generacional en el sector
  • Alinear los niveles de inversión en I+D+i a las tasas de inversión europeas aprovechando entre otros la oportunidad única que ofrecen los fondos NextGen

 

¿Que beneficios tiene la transformación del sector?

La transformación del sector cárnico español permitiría la obtención de una serie de beneficios tanto para el sector como para los consumidores, la economía y el medio ambiente.

Beneficios para el sector agroalimentario

  • Valorizar el sector y sus sistemas productivos como consecuencia de la mejora de reputación, fomentando los vínculos de confianza con los consumidores y las comarcas y regiones donde se implanta.
  • Fortalecer el tejido empresarial y la posición competitiva del sector a nivel nacional e internacional.
  • Impulso de la internacionalización del sector en los mercados de exportación actuales y en nuevos mercados de alto valor.
  • Impulsar la inversión en I+D+i para potenciar la competitividad a largo plazo de todos los eslabones de la cadena.

Beneficios para los consumidores

  • Asegurar la oferta de productos con garantía de seguridad alimentaria y máxima transparencia del proceso de producción “de la granja a la mesa”.
  • Acceder a productos innovadores adaptados a las necesidades y momentos de consumo y competitivos en calidad y en precio.

Beneficios para la economía y el medio ambiente

  • Generación de riqueza y empleo en el entorno rural contribuyendo a la repoblación de zonas rurales e impulsando el relevo generacional.
  • Conservación del medio ambiente mediante la optimización de recursos y el impulso de la economía circular.