Sistema Nacional Anticorrupción

Perspectivas

El primer paso del Sistema Nacional Anticorrupción

El 19 de julio arrancó operaciones, de manera oficial, el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), una instancia que, de acuerdo con la Secretaría de la Función Pública (SFP), se encargará de coordinar a distintas autoridades federales y locales para prevenir, investigar y sancionar las faltas administrativas y los hechos de corrupción.

Y es que después de la inseguridad, la corrupción es el problema que más preocupa a la población en México, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Es un fenómeno que, como señala la segunda edición del estudio “Anatomía de la Corrupción”, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), es visto como un problema serio por 79% de los mexicanos.

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En entrevista con Fernando Macías Jasso, Socio Líder del área de Investigación Forense en Deloitte México.

Ciudad de México, 26 de julio de 2017.

Por estas y otras razones, y a pesar de que aún no se ha nombrado al Fiscal Anticorrupción y a los magistrados que lo integrarán –figuras que resultan esenciales para su correcto funcionamiento–, el arranque del organismo representa el primer paso de un largo camino por recorrer.

Y es que al hablar del Sistema Nacional Anticorrupción, no hablamos de una solución instantánea, nos referimos a un proceso que abarca cuestiones que van más allá del inicio de operaciones, de ajustes y adecuaciones que, como con cualquier nueva instancia, deberán irse realizando, con el propósito de corregir y mejorar determinadas áreas.

El sistema aún tiene muchos pendientes: falta trabajar en sus réplicas estatales, en reformas y adecuaciones a las legislaciones locales e incluso en nombramientos a nivel estatal, procesos que deben realizarse de forma transparente y abierta, para evitar futuros cuestionamientos.

Si bien lo ideal era que el Sistema Nacional Anticorrupción comenzara a funcionar con las designaciones, los recursos y la estructura necesaria, lo importante es que, pese a todo, logró arrancar.

Por ahora, solo queda darle tiempo para funcionar y comprometerse a que su puesta en marcha realmente genere un cambio significativo y una transformación profunda que la sociedad pueda percibir.

Aun sin todos los recursos, estructura y nombramientos necesarios, el SNA logró su primer cometido: arrancar operaciones.

La ciudadanía y #VamosPorMás

Los ciudadanos han jugado un papel fundamental en el desarrollo del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), desde sus inicios. Representan una figura que vino a dar un cambio al sentido del organismo, un factor innovador que le brinda frescura, impulso y empuje a esta iniciativa.

Se trata de que la sociedad civil esté actuando y haciendo valer sus puntos de vista, de que interactúe de una manera más directa con políticos y autoridades, que se le tome en cuenta y que se le incluya en la toma de decisiones.

En este contexto, y ante un desafortunado escenario de recientes desencuentros entre legisladores y los miembros del Comité de Participación Ciudadana, nace #VamosPorMás, un movimiento que aglutina a organizaciones ciudadanas, académicas y empresariales con el objetivo de fortalecer al SNA.

El movimiento es una muestra de la importancia que este sistema tiene para la sociedad civil, es una manifestación de cómo, de manera organizada, la ciudadanía puede hacer que sus propuestas sean escuchadas.

La sociedad es consciente de que, en materia anticorrupción, aún hay mucho por hacer, que no basta con poner en marcha un organismo para cambiar la situación actual, pues lo que de verdad importa es el funcionamiento real del sistema y el impacto positivo que este puede generar en los ciudadanos y en nuestro país.

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