Inseguridad en México

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Percepción de seguridad en las diversas ciudades del país

La inseguridad es una de las principales preocupaciones de los mexicanos. De acuerdo con la más reciente edición de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se trata de un problema que preocupa a 73.7% de la población.

Es, sin duda alguna, el tema de mayor preocupación entre la ciudadanía, un obstáculo para el desarrollo armónico de su vida cotidiana y un factor que puede llegar a ser decisivo no solo para para la población, sino también para el sector público e incluso para el privado, al momento de tomar decisiones de inversión.

Cada trimestre, el INEGI realiza una encuesta que brinda un panorama sobre la seguridad pública urbana. En esta edición, uno de los principales resultados arrojados es que 75.9% de la población considera inseguro vivir en su ciudad.

Ciudad de México, 25 de julio de 2018.

Pero, ¿cómo afecta realmente este problema a la ciudadanía y cuál es la percepción que ésta tiene al respecto? Para conocer éstas y otras cuestiones relacionadas con el tema, cada trimestre, el INEGI realiza la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU).

En esta última edición, publicada en junio pasado, los datos de la encuesta arrojaron que 75.9% de la población considera que es inseguro vivir en su ciudad, un porcentaje mayor al registrado en junio de 2017, que fue de 74.9 por ciento.

Respecto a los lugares en los que la población siente un mayor nivel de inseguridad, 83.1% señaló a los cajeros automáticos localizados en la vía pública, 75.7% dijo sentirse insegura en el transporte público, 70.5% en el banco y 67.8% en las calles por las que habitualmente transita.

Por otro lado, en lo que se refiere a los niveles de inseguridad por zonas, las ciudades o regiones que fueron consideradas más inseguras son: Reynosa (Tamaulipas), Fresnillo (Zacatecas), Cancún (Quintana Roo), la región oriente y norte de la Ciudad de México, y Ecatepec de Morelos (Estado de México).

En contraste, las ciudades con menor percepción de inseguridad fueron: San Pedro Garza García (Nuevo León), Saltillo (Coahuila), Mérida (Yucatán), Puerto Vallarta (Jalisco), San Nicolás de los Garza (Nuevo León) y General Escobedo (Nuevo León).

El 33.2% de la ciudadanía considera que en los próximos 12 meses la situación de delincuencia en su ciudad empeorará.

El impacto de la inseguridad en los hogares

Por primera vez, a partir de esta edición, la ENSU reveló datos sobre la victimización en los hogares. Las cifras muestran que, a nivel nacional, en 38.6% de los hogares en áreas urbanas, al menos uno de sus miembros ha sido víctima de los delitos de robo y/o extorsión.

Este porcentaje se incrementa en la región oriente de la Ciudad de México y en la ciudad de Puebla, al llegar a 56.4% y 49.7%, respectivamente.

Dividiéndolo por delito, el INEGI revela que, en 17.3% de los hogares, al menos un integrante del hogar sufrió robo o asalto en la calle o en el transporte público; 14.1% de los hogares fue víctima de robo parcial de vehículo, y en 12.6% de los hogares, al menos un integrante del hogar sufrió extorsión.

Inseguridad en el hogar

El cambio de rutina, uno de los efectos

Uno de los efectos más comunes que deja la inseguridad es el cambio de hábitos o rutinas por parte de la ciudadanía para evitar ser víctima de algún delito.

En ese sentido, la ENSU revela que 65.5% de la población modificó sus hábitos respecto a “llevar consigo cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito” por temor a sufrir algún delito; mientras que 58.6% reconoció haber cambiado hábitos respecto a “permitir que sus hijos menores salgan de su vivienda”.

Por otro lado, 53.5% cambió rutinas en cuanto a “caminar por los alrededores de su vivienda, pasadas las ocho de la noche” y 35.9% cambió rutinas relacionadas con “visitar parientes o amigos”.

Cambio de rutina

Las experiencias y las expectativas

Puede ser que no lo hayan vivido directamente, pero la mayoría de la población en México ha sido testigo de algún comportamiento delictivo o antisocial. Al menos así lo demuestran los resultados de la encuesta elaborada por el INEGI, que señala que 66% de la población ha atestiguado robos o asaltos.

De igual forma, 65.7% de la población ha presenciado consumo de alcohol en las calles; 52.1%, el vandalismo en viviendas o negocios; el 45.2%, la venta o el consumo de drogas; 39.5%, disparos frecuentes con armas, y 35.5% ha sido testigo de pandillerismo o bandas violentas.

En este escenario, ¿qué se puede esperar? Por el momento, las expectativas de la población no son muy positivas. Según la ENSU, 35.1% de la ciudadanía considera que en los próximos 12 meses la situación de delincuencia en su ciudad seguirá igual de mal, mientras 33.2% cree que empeorará.

El panorama ya está descrito, corresponde ahora las autoridades implementar las políticas públicas adecuadas, que permitan mejorar las condiciones de seguridad de la ciudanía, cambiar su percepción sobre este problema y, sobre todo, mejorar su calidad de vida.

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