Tendencias del sector público 2023

En un mundo en constante cambio, la administración pública debe enfocar sus procesos de manera más innovadora. El último informe de Deloitte Center for Government Insights detalla las tendencias que marcan el presente y el futuro de las administraciones a nivel mundial.

Colaboración, adaptación, personalización y resiliencia se plantean como las palancas para prosperar en un escenario de grandes retos y avances tecnológicos. La innovación se presenta como el gran aliado del sector público para prestar servicios de calidad y mantener la cohesión social.

Deloitte condensa este escenario en nueve tendencias que promueven el cambio.
 

Modelos flexibles aplicables a las plantillas en el sector público

La gestión del talento es uno de los mayores retos para el sector público. La adopción de modelos flexibles como talent marketplaces o talento bajo demanda pueden acelerar los procesos y reemplazar los modelos tradicionales.

El 85% de los responsables de RRHH ya están estudiando la reconfiguración de su plantilla para generar espacios de flexibilidad. Sin ir más lejos, un 75% de los funcionarios públicos de Dinamarca, Noruega o Países Bajos pueden optar por el teletrabajo.

De cara al futuro, el sector público debe adaptar las políticas de talento existentes y pensar en los trabajadores de forma más individual, potenciando sus capacidades y aptitudes.

Acercar posiciones en el intercambio de datos

Eliminar las barreras para permitir el intercambio de datos entre organizaciones del sector público se presenta como uno de los principales impulsores de la innovación y la mejora en la prestación de servicios a los ciudadanos.

La situación social está a favor de este modelo, ya que un 51% de los ciudadanos está dispuesto a compartir sus datos para prevenir delitos. Pero sólo un 29% de los responsables municipales tiene como objetivo que los datos sean más accesibles a las personas, y un 49% planea hacerlo en los próximos cinco años.

Es por ello que los responsables del sector público deben desarrollar una propuesta de valor que motive a las empresas del sector privado y promueva la interoperabilidad (legal y cultural) para mejorar el uso de los datos.

Combatir los núcleos aislados de financiación

La financiación compartida incentiva la colaboración entre organismos públicos, pero hacerlo no siempre es un proceso ágil.

Actualmente, hay países que fomentan este tipo de financiación para aumentar el impacto de sus acciones. Por ejemplo, en Reino Unido existe el Fondo de Prosperidad Compartida que suma 2.600 millones de libras esterlinas para impulsar el programa Levelling Up (Mayor equilibrio con más riqueza).

Las administraciones deberán adoptar una mentalidad abierta y una cultura colaborativa, usar la tecnología como un aliado y migrar de la gobernanza a la colaboración como principio de gestión de presupuestos.

Servicios públicos a medida

La situación social de cada ciudadano tiene sus particularidades, es por ello que los gobiernos deben adaptarse y personalizar sus respuestas. Este reto implica un análisis eficiente y un rastreo de datos óptimo.

Esta tendencia ya está cambiando los modelos de gestión, un 70% de las administraciones prevé utilizar, en los próximos cinco años, algún tipo de plataforma digital para atender las necesidades personalizadas de los ciudadanos. Al mismo tiempo, un 60% de los ciudadanos se muestra molesto porque las instituciones les piden repetidamente la misma información.

En los próximos años, las administraciones deberán configurar un modelo de acercamiento hacia la ciudadanía que pueda ser revisado de forma constante.

La innovación de la gestión interna mejora los resultados

La gestión interna de procesos en la administración pública es una parte fundamental para prestar servicios eficientes. Un 84% de los organismos públicos ha empezado a integrar nuevas tecnologías para acelerar sus procedimientos internos.

La implementación de tecnologías para los procesos internos se presenta como el motor de la eficacia para el sector para un 25% de los responsables del sector público. Pero la consecución de este objetivo solo puede lograrse mediante una buena priorización, la interconexión de sistemas dentro de las administraciones y pensar en materia de innovación y no solo de uso tecnológico.

Normativa que favorece la innovación

Los rápidos cambios tecnológicos alteran el entorno informativo, hecho que motiva a las administraciones a moverse de manera más ágil. Ante la disrupción, el sector público debe apostar por la innovación.

Entre los procesos de innovación usados actualmente por el sector público, destacan la adopción de Sandboxes para poner a prueba modelos de innovación, así como el uso de procesos de Suptech para hacer uso intensivo de datos y control de riesgos.

Para prosperar en este sentido, el sector público debe promover la convergencia entre distintas normas, experimentar con nuevos enfoques regulatorios y favorecer el traslado de la innovación del laboratorio al mercado.

Colaborar para prestar servicios sanitarios integrales

La importancia de los sistemas sanitarios es indiscutible. Para combatir el aumento de los costes de estos servicios y mantener una cobertura integral, las administraciones están reenfocando sus modelos, asociándose con el sector privado y conectando la asistencia en salud con la social.

En el camino de la prestación de servicios integrales, la salud mental se presenta como un nuevo pilar, en el que, por ejemplo, un 89% de las administraciones asiáticas ya han puesto el foco, lo que contrasta con el 68% de las administraciones a nivel europeo.

El viraje de la estrategia sanitaria hacia un modelo de bienestar implica armonizar distintos intereses. El sector público deberá analizar sistemas de financiación alternativos y colaborar con el sector privado para crear un modelo de futuro sostenible.

Administración global de justicia

Para conseguir un sistema de administración de justicia equitativo y eficaz se requiere la implicación de diferentes actores. La cooperación se posiciona como el principal acelerador.

Actualmente hay casos de éxito en Reino Unido y Estados Unidos que demuestran que la interoperabilidad de sistemas ayuda a mejorar la calidad de los procesos judiciales y, al mismo tiempo, ahorra costes operativos para el sistema.

El futuro de un modelo colaborativo pasa por establecer expectativas claras y delimitar fronteras para blindar a la justicia, determinar objetivos comunes y utilizar los medios propios y de otros organismos para mejorar los procesos judiciales.

Seguridad gracias a las redes

Las redes comunitarias o las organizaciones que orbitan alrededor de las administraciones públicas conforman un ecosistema fundamental para el correcto funcionamiento de la sociedad. Cooperar con entidades y establecer objetivos sociales ayuda a la convivencia y a la seguridad de la ciudadanía.

Las administraciones públicas no pueden actuar en solitario, incluyendo temas de seguridad nacional. La colaboración con organizaciones y entidades debe ser una prioridad para determinar su agenda social y de seguridad.

El reto del sector público pasa por adoptar un enfoque interactivo, que dialogue con los diferentes protagonistas de la sociedad (públicos y privados) y establezca procesos para cuidar y fomentar la convivencia.